Abrió sus ojos cuando la luz del sol filtrándose por las cortinas de sus ventanas le llegó. Se incorporó. Tenía sobre ella sus cobijas. Sus frazadas. Dio un fuerte bostezo y suspiró.
-Qué sueño más raro. Una demonio que vino a tener una noche de sexo salvaje conmigo.
Se levantó y acomodó su cama. Pasó unas manos por su cabello seguramente por completo despeinado porque acababa de levantarse. Entonces le pareció escuchar un ruido en el comedor. Se dirigió al lugar en que solía guardar su bate y no estaba allí.
-Ay no. ¡No puede ser!
Fue corriendo al comedor y se encontró a Andrea con su forma humana mirando televisión. La súcubo se rió al verla.
-Sí que te ves más... encantadora ni bien te levantas-dijo con tono burlón.
-¡¿Qué diablos haces aquí?!
-¿Pensaste que te librarías de mi solo por una noche de sexo? Ay niña. Ni sabes en lo que te has metido.
-Eso parece-expresó una frustrada Jesica.
-Te puse tu pijama y te cubrí bien porque hacía mucho frío y obvio que no puedo dejar que mi fuente de alimento se enferme.
Jesica miró hacia donde estaba el televisor para ver la hora que mostraba aquel canal de televisión.
-Por suerte no es tarde para que vaya a trabajar-señaló sintiéndose afortunada-. No me gustaría nada explicarle a mi jefe que llegué tarde porque estuve teniendo sexo tarde en la noche con una súcubo y no dormí nada.
-Tu amiguita a la que coqueteas y tocas se preocuparía-añadió Andrea, demostrando una vez más su conocimiento sobre su vida diaria.
-Y mientras me vaya preparando para salir quiero que me cuentes como es que terminé haciendo un pacto demoniaco. ¿Quieres?-Sí.
Jesica fue a su habitación para revolver su armario e ir eligiendo la ropa que llevaría ese día.
-Primero dime-le pidió Andrea-. ¿Para qué creías que funcionaba ese ritual?
-Alguien que contacté en internet me dijo que el ritual funcionaba para hacer que la persona que amas corresponda tus sentimientos.
-Te engañó, amorcito. El ritual sirve para otra cosa. Sin saberlo firmaste un contrato. Me llamaste a mí para que me encargue de darte placer sexual. Y de esa manera yo me alimento de ti. Los íncubos y las súcubos nos alimentamos de los fluidos que los humanos dejan salir de sus partes íntimas al excitarse.
-¿Íncubos?
-Demonios masculinos que cumplen la misma función que nosotras. Se asigna un demonio dependiendo de las inclinaciones sexuales de quien firma el contrato. Durante siglos solo he atendido a mujeres. No me gustan los hombres.
-Interesante.
Jesica salió de su habitación para dirigirse al baño.
Cuando llegó allí notó que Andrea estaba con ella.
-Oye, ¿podrías salir mientras me desvisto para ducharme?
-No tienes nada que no haya visto.
Jesica se sintió ese ardor leve en sus mejillas.
-Es que me da vergüenza hacerlo estando tú aquí.-Solo imagina que soy Astrid-sugirió sonriendo Andrea-. Y haz un lindo striptease para mí.
-¡Sigue soñando!
-Puedo hacerlo más fácil para ti.
Andrea hizo uso de su poder para cambiar de forma su cuerpo. Tomó la apariencia de esa bella empleada de tienda que Jesica amaba.
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El amor es un... ¿demonio?
FantasyJesica es una oficinista que está profundamente enamorada de la chica que ve todos los días al salir de su trabajo: una atractiva empleada de una tienda llamada Astrid. Ella cree que le sería imposible conquistarla por ser baja, plana y muy insegura...