𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 16. 𝑪𝒐𝒎𝒃𝒖𝒔𝒕𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒚 𝒎𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒐

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  Sus ojos estaban rojos y algo hinchados era obvio que eso pasaría, no importa cómo se tratara de ocultar unos ojos agotados de llorar siempre se notarían.

Pero no importaba, de todas maneras su madre no los notaria.

Seco su cabello notando al espejo como los golpes ya habían tomando un color más rojizo, se veía mál y dolía, mucho, pero se hizo creer que era algo que un antiinflamatorio podría aliviar nada del otro mundo.

Saco lo primero que encontró de su armario y se vistió acomodando después su cabello en una trenza de lado. No espero el llamado de su madre y salió de su habitación hiendo a la cocina por lo que pudo ver el arroz frito que esta estaba preparando.

Como si lo de hace unos minutos jamás hubiera paso le ayudo a preparar un jugo, moras en específico era la fruta favorita de ambas aunque la mayor ya no lo dijera era algo que recordaba.

— Suki, termina eso y sirve la mesa— ella asintió y a los minutos de hacer el jugo acomodo la mesa para dos.

Debería estar enojada, estar llorando para liberar más sus emociones reprimidas, pero,no era capaz.

Siempre había sido así después de una discusión donde terminaba en cerrandose en su habitación todo se había reiniciado o su madre no estaba o su actitud así ella volvía a ser amable y cálida,así lo quería creer ella.

Se había vuelto una rutina, no solo en casa. En la escuela, en sus actividades en muchas de las cosas que participaba las había vuelto una rutina un bucle en el cual aveces podía llegar a decir que era feliz.

Y no negaba esa felicidad, las tardes con Kei o las visitas a la Liberia de la señora Furata eran su Consuelo y a pensar de que hubiera momentos difíciles para ella siempre bloquearía esos recuerdos y daría una sonrisa para si misma.

Se recordaba así misma que podía existir un momento feliz siempre que engañara a sus recuerdos.

— Saldré en la tarde,quiero que estés en casa tengo una reunión con unos amigos —  Suki termino de servir la comida y se sentó frente a su madre — No quiero que salgas—. Ordeno para después tomar de su arroz frito.

— Esta  bien, te espero— sabia que no llegaría ese día sus salidas con "amigos" siempre terminaban en su madre borracha por días — No tardes mucho—.

Ella no respondió, de echo ninguna volvió a hablar luego de eso, ninguna tenía nada para decirle a la otra. Y si así fuera ese momento jamás llegaría

Al terminar de comer su madre se retiró de la mesa tomando sus llaves y salió de la casa sin despedirse, se escuchó como un auto había parado afuera y a los segundos arrancado nuevamente.

La casa nuevamente quedó en silencio, el único ruido que se escuchó por unos segundos fue el de la peli-negra dejando su comida a un lado seguido de su voz.

— Algún día...me iré — eso era lo que hubiera querido decirle pero al final lo guardo como un susurro para si misma.

Ordeno la mesa, guardando la mitad de lo que había dejado en un envase,no tenía apetito, lavo los platos dejándolos a escurrir a un lado,acomodo la mesa y parte de las cosas que se habían ensuciado a la hora de preparar la comida.

Seco sus manos y fue a su habitación, busco una zapatillas y luego de eso volvió tomando el envase con la comida y sus llaves para salir.

Nunca la obedeció ¿por qué lo haría ahora? Además ella seguramente no volvería esa noche ni la siguiente, tenía toda una tarde para estar tranquila y no la desperdiciaría.

დ𝑵𝒐 𝑫𝒆𝒔𝒂𝒑𝒂𝒓𝒆𝒛𝒄𝒂𝒔დ 𝐊𝐮𝐫𝐨𝐤𝐚𝐰𝐚 𝐈𝐳𝐚𝐧𝐚  𝑿 𝑶𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora