Estoy muy seguro que sin enfadarse, pero seria y adusta miró al frente y retomó el camino mientras hacía breves preguntas, que yo contestaba distraído, remoliendo una naciente culpa absurda me invadió, pues sin estar consiente había dicho algo que incomprensible en las causas el pequeño enojo había terminado aquella tarde, que bien como ella lo dijo, fue bella, así, una vez mas sin sentir el tiempo, de repente en un soplo me vi en camino a mi casa, mientras Nelly manejaba en un acto que pese a la novedad me pareció cotidiano, y tan efímero como el enfado de minutos antes una sonrisa furtiva me estalló al comprender, ella mas que acercarme a casa me llevaría, y mientras trascurría el camino, la súbita felicidad brincó a lo evidente, y en una pausa Nelly que esperaba sin mas prisa el semáforo en verde me miró y tan espontanea como yo sonrió.
—¿A qué hora llegas mañana?
La pregunta directa como todo ese día me sorprendió, y si, en realidad ya tenía una avance tan significativo que lo prudente era terminar, pero no tenía un plan inmediato, solo pisaba el futuro dando un paso a la vez sin mirar la dirección.
—Pues... —me interrumpí al ver que en realidad no tenía un plan, pero haciéndolo al paso y discerní las opciones tomando al vuelo la mas viable —será mejor que llegue temprano, mañana solo es media jornada en la biblioteca.
Contesté como si fuera obvio, y dando valor a mi falsa seguridad, para mi sorpresa y como si ella lo creyera, me miró cabildeando entre el camino y mis ojos, casi indiferente ligeramente ciñendo un poco la frente sin voltear mas contestó desenfadada.
—Bien, pero será mejor que te vea en la biblioteca.
Si, la acotación del día siguiente no era una floritura, y de momento la incredulidad me congelo, busque en vano el momento donde habíamos quedado para seguir el trabajo al día siguiente, pero elemental, no existía.
—¿Si...? —me interrumpí pues no daba crédito a lo que sucedía pasmado apenas y coordinaba la siguiente idea traté de descifrar y contestar con coherencia pero no pude —hem..., ¿está bien?
Ella pareció decepcionada y si se puede mas sorprendida que yo y con un ligero tono de enfado sonrió al tiempo que giraba el volante.
—¿No quieres que te ayude mas?
—¡Si!, ¡claro que quiero!
Conteste brincado, al tiempo que una sonrisa de sínica alegría espabilaba, el exabrupto exagerado le arrancó una leve sonrisa mientras reducía la velocidad y me volteaba a ver.
—¿Entonces?
—Solo... —dije sonriendo —pensé que no tendrías tiempo.
Ella mas bien con lástima me miró, y suspiró negando un poco.
—Bien —contestó mirando el entono —no te puedo acercar mas, si no tomó el retorno tendré que subir hasta la troncal.
El comentario casual me desconcertó pues al parecer inconexo al tema no venía al caso, pero al procesar y examinar el entorno me vi tan solo algunas pocas calles de mi casa, y tras el recapitular me ceñí a la situación y contesté en consecuencia.
—Si..., ya..., esta bien ya de aquí esta cerca.
Respondí al tiempo que me liberaba del cinturón mientras buscaba el pasador para abrir la puerta.
—¡No llegues tarde! —escuché a Nelly sin mirarla mientras alaba el pasador para abrir —mañana de si es un día complicado.
Y fue todo, una sonrisa empática con un ligero movimiento en la mano y ella arrancó, la vi tomar el retorno y pensé que sería todo, aposté con la esperanza de perder a que no se aparecería al día siguiente, de lejos sentí una brisa tibia y el murmullo obscuro de los autos que siseaban al entorno, tal vez un minuto, quizá una hora, no se solo estuve de pie absorto en nada, buscando en el éter, y fue que al no encontrar entendí, ahora tenía una amiga.
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Hace Tres Años
EspiritualRelato en prosa, narrado en forma anecdótica, en primera persona en un tiempo lineal, la historia de un joven en el vértice superior de un triángulo, donde su pretensa amiga, novia de su mejor amigo le ha abierto la sesgada posibilidad de tener una...