OCHO

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La pista de patinaje del centro comercial estaba llena de adolescentes cuando llegamos, mi padre me contó que era un lugar estilo de los 80, música y bebidas de esa época.

—¡Miguel!— exclamó una voz

Mis ojos se dirigen a Samanta Larusso, agita su mano hacia el chico moreno y luego su sonrisa se borra un poco am mirar a Robby, Miguel se aleja y Robby se queda a mí lado con los brazos cruzados. Observo a Tory acercarse con una sonrisa.

—Hola Robby—saluda y deposita un beso en el, alzó una ceja y ella me mira— Scarlett— me saluda y luego se aleja.

Mi identidad de quien soy debe ser cubierta, solo los Lawrence saben quien soy.

—Me veo en la necesidad de estar contigo—habla una voz.

Me giro mirando a Nathaniel con un batido de fresa en su mano, me sonrie.

—Vamos Lawrence, vayamos a Alice.

—¿Donde encontraremos a Alice si no sabemos donde está?—le pregunto.

El me sonríe y señala un lugar de juegos, miro a Nathaniel y nos encaminamos al lugar.

***

—¡Vamos maldita garra no sueltes mi premio!— murmuraba Alice mientras movía la garra del juego que había atrapado un cubo de rubik.

Nos acercamos a ella, Nathaniel se recuesta en el juego y yo me cruzo de brazos a su lado.

—¿Recuerdas a lo que venimos verdad?— pregunta Nathaniel, mirandola.

La rubia aparta la mirada del juego unos momentos y regresa su vista a la pinza, suelta el botón y el cubo de rubik cae.

—Si se Larussso—le contesto mientras se arrodilla y toma el juguete, nos mira— ¿Que no se divierten?

Niego con la cabeza y extraigo mi celular del bolso, tengo algunos mensajes de mi padre. El pobre aún no sabe usar la tecnología así que me ha mandado seis mensajes, en cada uno una palabra que al unirla dice "No regresen tarde, saldré a cenar". Bloqueo el celular y regreso mi vista a Larusso y Mills.

—Tengo la ligera sospecha que no se toleran— nos señala Nathaniel.

Observo a Alice y ella a mi, luego regresamos la vista a Nathaniel.

—Ambas son aburridas— dice Nathaniel dándonos la espalda— ¿Por qué no jugamos a algo divertido?

—No— suelta Alice y se recarga en un juego, sus ojos verdes se sitúan en unos chicos bailando.

Nathaniel me mira y yo niego con la cabeza, el suelta un suspiro.

—¿Que vamos a descubrir aquí?— pregunta Larusso— Solo sabemos que existen rivalidad entre los cuatro y que son por cosas insignificantes.

Mis ojos se dirigen a los chicos de Cobra Kai que han llegado, un joven pelinegro llega con ellos, frunzo el ceño pensando en el pero no lo recuerdo, veo que porta una chamarra del dojo así que intuyo que faltó el día que entramos, ellos se sonríen y el pelinegro señala, miro hacia donde ha señalado y se que se aproxima un problema. El grupo se encamina a Miguel y a Samanta.

El pelinegro empujó a Miguel y el le dice algo que no puedo descifrar desde la distancia.

—Uy, parece que habrá algo interesante después de todo—  habla Nathaniel detrás de mi.

Los tres nos quedamos observando, Miguel solo quiere irse pero el extraño no se lo permite, después llega Robby junto a Tory y se unen.

—¿A donde vas?

Me encaminó hacia ellos y sus voces se escuchan con claridad conforme me acerco. Robby me mira y niega con la cabeza con discreción.

—...no es mi problema. No te conozco—niega Miguel.

—Vamonos Miguel, no vale la pena— pide Samanta jalandolo le brazo.

—Uy, el famoso Miguel y ganador tiene miedo— ríe el chico que aun no conozco, a su lado ríen algunos, me sorprende el hecho que ni Samantha ni Robby se unen a la risa—¿Que pasa Miguel? La caída te dejo también invalido en la forma de defenderte.

—¡Que cobarde!— pienso, en voz alta.

La mirada de todos se coloca en mi, el chico peliengro alza una ceja. Ay, no.

—¿Disculpa? ¿Quien te dejo opinar?

Robby mira al extraño y da un paso hacia el, Tory le impide que camine, yo sonrio.

—¿Tengo que pedirte permiso para hacerlo?— alzó una ceja.

El chico me sonríe, sus ojos vagan hacia atrás de mi y su sonrisa se amplia más.

—Hola linda— saluda hacia Alice.

Alice hace una mueca.

—No te metas en lo que no te importa niña— me dice.

—Ya déjalos Silver, no valen la pena— dice una chica, tiene el cabello castaño oscuro y nos sonrie.

El chico me sonríe y alza sus brazos en forma de rendición, la chica castaña golpea mi hombro al pasar a mi lado y me sonríe.

No lo digas. No lo hagas. Quédate callada.

—¿Eso es todo lo que tienes?— exclamó.

La castaña da media vuelta con una sonrisa, se coloca frente a mi.

—¿Que has dicho?

—¿Que eres sorda que debo repetirtelo?— le pregunto con una sonrisa y dando un paso hacia ella.

La castaña sonríe aún más.

—Lawrence —dice mi apellido sin dejar de sonreir.

Alzó una ceja.

—Vaya, tan famosa soy que sabes quien soy. Lástima que no puedo decir lo mismo de ti.

—Dile Daniel Larusso que mi padre me ha mandado a cobrar su deuda. Soy Analissa Barnes.

Aparta la mirada de mi y mira al chico.

—Vamos Silver— ordena.

El chico se da media vuelta junto con los Cobra kai, antes de irse me sonríe.

Pienso en los dos apellidos. Silver y Barnes, frunzo el ceño intentando recordar quienes son.

Como si Nathaniel leyera mi mente, habla.

—Ella es hija de Mike Barnes, un antiguo enemigo de mi padre y el es hijo del nuevo dueño de Cobra kai, Terry Silver.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2022 ⏰

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