Kageyama lo entendió un poco tarde, sabiendo que no existía ningún mediador entre los dos debido a que no habían practicado pases: sólo eran ellos dos, e incluso se retiraron un poco antes que Hoshiumi y Hirugami, por lo que sólo eran los que estarían en el baño...
O bueno, no se suponía que eso fuera así, de hecho, Kageyama esperaba entrar a los baños y encontrarse con algunas personas que entrenaron hasta tarde: pero no fue el caso. Los jóvenes o ya habían terminado de practicar antes que ellos, o seguían con sus prácticas.
—Parece que el baño será nuestro por un rato —aseguró Hinata tras comprobar que a través de la puerta corrediza que llevaba al área de lavado no había nadie y en los vestidores tampoco. Tobio apretó su propia chamarra que Hinata le acababa de regresar, teniéndola entre sus manos y fingiendo que no le estaba prestando atención al joven que ya se deshacía de su playera, dejando a la vista su piel blanca. Tobio contuvo un grito, fingiendo que no quería verlo, sólo captando por segundos en el rabillo de su ojo, la curvatura esbelta de sus delgadas caderas, su abdomen plano, su espalda estrecha y su marca completamente visible.
Hinata dejó caer esa playera sobre el cesto de ropa sucia del Karasuno que estaba en el suelo a unos cuantos centímetros de distancia.
—Sí, nadie estará aquí con nosotros —respondió Kageyama, tratando de que esas palabras no fueran suficientes para dejarse llevar, cerró sus ojos y contó hasta tres.
—Sí, nadie está aquí —incentivo Hinata sin dar un rodeo, sólo logrando que Kageyama volviera a abrir los ojos y lanzara su chamarra al cesto de ropa sucia de su respectivo equipo. Kageyama quería ser fuerte, claro que sí.
Podía aguantarlo fácilmente: no quería hacerle nada a Shoyo, pero no era un secreto que sus ojos y juicio querían cegarlo y lanzar sus ojos directamente contra la desnudez de su acompañante. Hubiera sido mucho más sencillo el disimular eso si hubiera más personas en el sitio, pero no, ¿por qué sólo estaban ellos dos?
Para colmo, Hinata estaba actuando con normalidad y lo veía ahora deshacerse de sus pantalones cortos, si de por sí éstos ya revelaban y marcaban parte de su muslo, Kageyama no pudo evitar sentir una sacudida en su pecho. ¿Cómo? Sus ojos captaron casi sin querer la piel desnuda de su trasero y sus genitales, cuando su ropa interior cayó al mismo tiempo que lo otro. Ahí, todos los colores subieron a la cara del más alto.
Un grito se le escapó, ahogándose a mitad del camino ante su abrumador enredo mental, queriendo ser alguien que no se dejara guiar por sus hormonas y su simple atracción que nacía por ver a su Omega desnudo ante él. Sin decir nada, sólo pudo apretar sus labios, tratando de fingir que no vio nada, con su cara roja, a pesar de que los ojos almendrados de Shoyo fueron llamados cuando éste gritó, y tuvo que fingir su postura al darle por completo la espalda al chico.
Tobio se decidió, cerró sus ojos y se deshizo de su playera de igual forma, llena de sudor, sintiendo refrescante al hacerlo, despeinando un poco sus cabellos en el procesos, pero no calmando el revoltijo de emociones en su estómago debido a que su nariz todavía olía sus aromas mezclados, y el simple hecho de imaginar que detrás de él estaba su desnudo Omega, en definitiva no ayudaba para nada.
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El Mánager Del Karasuno [KageHina] | Omegaverse \ En Edición
Fanfic▶Kiyoko ha conseguido un mánager que la apoyará en el trabajo del club; pero a expectativas de todos, esperando que fuera una hermosa chica Beta, realmente es un chico de la clase especial de Karasuno donde estudian la pequeña cantidad de alumnos de...