La fuerza de Kou

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Ámber se volteó y miró a Kouichi, el cual estaba a parado a unos metros de ella, mirándola con aires de superioridad. Ya estaba acostumbrada a que la mirara así, siempre lo hacía.
- Sakura... vete de aquí.
Sakura frunció el ceño y negó con la cabeza enérgicamente.
- ¡No pienso dejarte sola!
Ámber chasqueó la lengua y la miró seria a los ojos. Sakura dio unos pasos hacia atrás algo insegura.
- ¡Vete!
Sakura dio un respingo y un escalofrío le recorrio la espalda. Ámber nunca le había hablado así, siempre estaba tranquila y apenas se enfadaba.
La pelirrosa salió corriendo, pero no pensaba dejarla sola, tenía que avisar a alguien, a Naruto, a Sasuke, a Kakashi... a quien fuera.
Kouichi se acercó a Ámber y la tomó bruscamente por la barbilla.
- Vaya, vaya hermanita... así que juegas a ser una humana -La chica torció el rostro y bajó la mirada- Cuidado con lo que haces.
Con un movimiento rápido le dio una fuerte patada en el estómago haciendo que Ámber cayera al suelo.
La temperatura de su cuerpo comenzó a subir, su sangre quería salir, quería sentirse aliviada y luchar contra su hermano, el mismo que la había humillado siempre, no podía ir a ninguna parte sin ser perseguida por él, por sus ansias de poder, por su rencor.
Comenzó a tirar lentamente de uno de sus guantes... pero un recuerdo se apoderó de ella, unas palabras invadieron la mente de la chica.
"Te daré mi cinta, pero... no vuelvas a matar tan a la ligera"
Apartó la mano de si guante y se incorporó agarrando con fuerza la banda de su cuello. Kakashi confió en ella y no podía traicionar su confianza.
Dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria a Kouichi sin prestarle atención, este frunció el ceño furioso y agarró los cabellos de Ámber arrastrándola hacía él.
- ¿A dónde crees que vas? Esta vez nadie te va a salvar niña inútil.
Kouichi la tiró con fuerza contra el suelo y soltó una risa triunfante, le encantaba ese sentimiento de superioridad.
Se agachó en frente de su hermana y levantó si cabeza agarrándola del cabello, unas gotas de sangre caían por su frente.
Ámber le miró a los ojos con indiferencia y con dificultad musitó unas palabras.
- Q-que poco te pareces a mamá Kou...
Kouichi soltó una fuerte risa, tomó del cuello a la chica y se incorporó haciendo que esta le mirara.
- No me interesa parecerme a gente débil como ella- Ámber agarró con fuerza las muñecas de Kou intentando zafarse de su agarre, sentía una fuerte presión en su pecho y apenas podía respirar- ¿Qué pasa? ¿No puedes respirar?
Kou esbozó una sonrisa de medio lado y la estampó contra el suelo de nuevo.
Ámber se quedó quieta, quería moverse, quería demostrarle que no era débil, pero no podía... no podía traicionar a Kakashi, a su maestro, a su amor...
Kou empujó el cuerpo de la chica con su pie derecho haciendola quedar boca arriba, su mirada quedó fija en el cuello de la chica y se agachó para observar detenidamente la banda que esta llevaba en el cuello.
Kou solto una loca risa y arrancó la cinta del cuello de Ámber.
- ¿Qué es esto? ¿De veras te crees ninja? - miró con desdén a su hermana y pisó la banda de Konoha- Idiota, tú nunca podrás ser ninja, déjale eso a los humanos.
La furia de Ámber crecía más y más, necesitaba desahogarse, quería llorar, quería dejar de ser débil ante su hermano, quería poder demostrarle que no era así, que ella era humana. Unas lágrimas se deslizaron por las ahora rojas mejillas de la chica. Kou se tumbó encima de ella y la miró con una malvada sonrisa en el rostro. Sus lágrimas le hacían feliz, le hacían sentir bien, es lo que había querido desde el principio, humillarla por el simple hecho de que él era el fuerte y ella la débil y Ámber lo sabía. A veces se preguntaba por qué sentía esa hostilidad hacia ella, tal vez el rencor de que por su culpa su madre murió, o solo porque ella era más débil y deseaba hacerse fuerte a su costa.
Kou deslizó un dedo desde la barbilla hasta el vientre de Ámber y esta ahogó un suspiro provocando que su hermano soltara una risa. Kou acercó su rostro al oído de la chica
- Quiero que te humilles...
Ámber tapó su boca con sus manos ahogando sollozos en estas y cerró los ojos con fuerza, estaba inmóvil y no quería ver a su hermano, no quería ver al ser despreciable que se había convertido, podía sentir la respiracion de este en la nuca, estaba disfrutándolo de verdad.
Sintió un filo frió preaionanso su cuello.
Entreabrió los ojos y pudo ver como la sangra salia de la espalda de su hermano en forma de ala con cuchillas puntiagudas que llegaban hasta su cuello.
Ámber tragó en seco y cerró los ojos con fuerza.
- ¡Dejala en paz! - una voz hizo que su cuerpo se estremeciera. No, no podía estar aquí. Sintió un gran alivio wn au interior y soltó un largo suspiró.
Kou se incorporó dejando libre a Ámber y chasqueó la lengua molesto.
Ámber se volteó lentamente y pudo ver como su querido peliplata estaba en frente suya mirando furioso a su hermano.
Quería que laa lágrimas empezaran a caer por su rostro, pero aguantó laa ganas de romper a llorar, quería que se preocuparan lo menos posible por ella.
- ¿Tú sabes con quién estás hablando? Vuelve por dónde has venido humano.
Kakashi apretó la mandibula, estaba furioso, por suerte llegó antes de que ese desgraciado matara a Ámber. Estaba horrible, sus ropas estaban rotas y tenía golpes y heridas por todo su cuerpo, estaba llena de polvo y la sangre se deslizaba por su palida piel. Esa imagen solo le causaba aún más ganas de destrozar a ese infeliz.
- Eso debería decirte yo... - respondió Kakashi.
Kou guardo su enorme garra, era una pérdida de tiempo emplear su poder con un humano, prefería utilizarla con Ámber. Le dedicó una sonrisa sádica mirandole a los ojos y sacudió sus pantalones.
Kakashi destapó su ojo izquierdo mostrando su Sharingan y se puso en guardia.
- No voy a permitir que nadie toque a mi alumna.

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