Tal vez sea amor

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- Ámber...- Kakashi estaba acostado al lado de su alumna, la cual estaba profundamente "dormida", mirándola atentamente esperando algún tipo de movimiento - Agh...
El pelilata se alejó del pequeño cuerpo de su alumna y se apoyó contra la pared mirando al techo ¿como pudo dejar que ocurriera eso? Si él hubiera estado más pendiente de su alumna, ahora esto no estaría pasando y ahí estaría ella recorriendo su cuerpo con la mirada, sonrojándose cuando le hablaba, ahora, esos grandes ojos ensangrentados, seguirían abiertos como platos, atentos a cada una de sus explicaciones.
No pudo evitar que una lágrima se deslizara por su mejilla, la culpa le carcomía por dentro, le era muy difícil tener que cuidar el cuerpo casi inerte de su alumna, tener que hablarle todos los días esperando una respuesta que sospechaba que nunca llegaría. Sin darse cuenta, ya estaba llorando, todo era muy complicado, sentía algo muy fuerte por Ámber... Pero, no podía ser amor, apenas era una niña, por otra parte, esa chica había hecho florecer en él un sentimiento muy extraño, un gran cariño que no sentía ni por sus otros alumnos, algo que surgió de la pena que sintió al escuchar su historia, de su comportamiento frío y distante. Estaba muy confuso, lo único que tenía claro en ese momento, es que necesitaba que esa chica despertase y poder volver a ser su maestro.
Kakashi se incorporó y salió rápidamente de la habitación, a pesar de todo lo que había pasado, tenía que dar clase a sus alumnos. Nadie sabía de Ámber y de su poder, por eso estaba en su casa, no podía llevarla a un hospital, los superiores no debían saber de su existencia, al menos no ahora.

- Kakashi...- Ámber se agarró con fuerza a las sábanas de la cama en donde estaba, sentía su cuerpo pesado, no podía moverse, apenas era consciente de que la pasaba... ¿estaria muerta? Recordaba la pelea con su hermano y sangre, mucha sangre, tal vez esa sangre fuera suya, seguramente la habían matado.
- Ámber...- oyó una voz en su cabeza, frunció el ceño y se removió en las sábanas- Ámber idiota, soy tu hermano...
Abrió los ojos y se incorporó rápidamente, su respiración era agitada, todo a su alrededor era blanco ¿donde estaba? ¿era eso el supuesto cielo?
- ¡Hermana! - se volteó asustada y pudo ver a un adolescente de cabellos oscuros, un momento, era su hermano.
Dio unos pasos hacia atrás y se puso en guardia.
- Tranquila... No estoy aquí para hacerte daño.
- No te creo.
- Agh...- su hermano desabrochó la camisa blanca que vestía y se dio la vuelta dejando ver su espalda. Ámber ahogó un grito en sus manos al verle. Tenía una enorme cicatriz que iba desde su nuca hasta la parte baja de su espalda con ramificaciones hasta los hombros.
- ¿Q-que te pasó?
- ¿No lo recuerdas? Tú me mataste y al comerte mi cuerpo adquiriste mi poder.
- ¿Qué?- sus ojos se abrieron como platos, ¿había matado a su hermano?- E-eso es imposible...
Su hermano sonrió y negó con la cabeza acercándose a ella.
- Hermanita... Demostraste que el débil soy yo.
- Pero, ¿qué hago aquí? ¿Yo también estoy muerta?
- No, estás dormida, en casa del chico peliblanco que peleó conmigo. Él te llevó a su casa cuando te desmayaste y curó tus heridas, cuidó de ti durante dos semanas, esperando que despertaras.
-...- se hizo un enorme silencio en el sitio donde estaban - ¿K-kakashi cuidó de mi?
- Sí.
- Pero... ¿qué hago aquí si tu estas muerto?
- Al comerte mi cuerpo, parte de mi pasó a tu interior, haciendo que pueda comunicarme contigo, por así decirlo, somos una misma persona... - Ámber le miró confusa sin entender nada de lo que decía- Yo tampoco entiendo nada, el mundo de los muertos es complicado ¿sabes? Pero... Al menos eso me da la oportunidad de decirte algo- Kou hizo una pausa y respiró profundamente- Ámber, se que, desde que papá descubrió que no eramos humanos, has sentido que eras débil, has dado por hecho que eras un monstruo, no eras ni humana, ni muerta... Pero no es así, tú eres increíble, no eres como los demás muertos o humanos, eres mejor, piensas demasiado en los demás, te da igual morir si es por los tuyos, eres fuerte, humilde, sensata. Eres... Eres igual que mamá- Lágrimas caían por las mejillas de ambos, Kou carraspeo y se dispuso a seguir- Yo... Yo creo que por eso siempre te he odiado, te he envidiado, me recordabas demasiado a nuestra madre y yo, yo te culpé por su muerte... Lo siento, de veras lo siento mucho.
Hermanita, no dejes que nunca más nadie te humille como yo hice, fui un desgraciado, no eres débil, así que, por favor... Nunca más vuelvas a sentir que lo eres.
Ámber asintió y secó sus lágrimas con sus pequeñas manos manos.
- Adiós Kou...
- Adiós hermana- Kou besó la frente de la chica y se fue caminando en la dirección opuesta, su cuerpo empezó a desvanacerse entre la niebla.

Ámber entreabrió los ojos lentamente, su cabeza le daba vueltas. Se incorporó despacio intentando no caerse, agh... Si que llevaba tiempo dormida.
Sonrió al ver que, cierto peliplata, estaba sentado en frente suya durmiendo. Sus ojos bajaron inconscientemente a su torso, el cual estaba al descubierto... Ugh, iba sin camiseta pero sí con la máscara... Desde luego no entendía a ese hombre.
Se dirigió hacia el espejo y miró su reflejo detenidamente, sus miernas tenían cicatrices y algún que otro moretón, al igual que sus brazos.
Miró su rostro y una mueca de repulsión se reflejó en su rostro, se notaban algunas venas alrededor de su ojo derecho y el iris de este estaba completamente rojo.
Se volteó y miró de nuevo al peliplata, desde luego amaba a ese hombre. Se dirigió hacia él pero tropezó cayendo al suelo.
- Hum...- Kakashi entreabrió los ojos y una gran sonrisa se dibujó en su rostro al ver tumbada en frente suya a su pequeña alumna, la cual le sonreía nerviosa desde el suelo- ¡Ámber! - se incorporó rápidamente y la cogió en brazos abrazándola con fuerza.
- Yo también le eché de menos sensei.
Kakashi la miró a los ojos enternecido al ver sus enrojecidas mejillas... Un momento, ¿en qué estaba pensando? Sacudió la cabeza y la dejó de nuevo en el suelo. Ámber frunció el ceño y se cruzó de brazos.
- ¿Por qué hace eso?
- ¿El qué?- respondió Kakashi indiferente.
- Oh vamos, siempre igual, estropea los momentos bonitos...- Ámber abrió los ojos sorprendida y se tapó la boca, ¿qué estaba diciendo?
- ¿Disculpa?- Kakashi a su vez frunció el ceño, ¿qué había pasado con la Ámber tímida?- Soy tu superior, no deberías hablarme así.
- Si solo es mi superior, ¿por qué me ha abrazado? ¿por qué ha estado cuidando de mí por dos semanas?
- Soy responsable de lo que te pueda pasar. Eres mi alumna y debo cuidar de ti- dijo haciendo énfasis la palabra alumna- ¿Se puede saber que te pasa.
Ámber agachó la cabeza avergonzada y sonrió nerviosa.
- No es nada... Me siento muy rara, gracias por cuidar de mi, Kakashi- se acercó al peliplata le abrazó con fuerza, intentando hacerle saber que estaba arrepentida de lo que l había dicho. Nunca le había hablado así a nadie... Tal vez, el rumor de que si un muerto devoraba a otro, a parte de adquirir sus poderes, se hacía más humano... Era cierto.

AY LLORO, este cap me quedó muy emotivo XD, bueno quería deciros que. Estoy escribiendo otro fic sobre Castiel, de corazón de melón (amour sucre) un juego que, si no le conoceis deberíais buscarlo y jugar *^^^^* se llama ¿amor? No me hagas reír (spamspamspamspamXD) UUUN BEESOOOOOOOOO ^^

solo una copiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora