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¡smut!

kirishima gimió cuando sintió el leve golpe contra la pared, poco le importó cuando bakugo apretó con más fuerza su cintura, apegándolo más a él y haciéndolo sentir su leve erección contra su pelvis. no duró mucho para que bakugo metiera su lengua en la boca del pelirrojo, que gustoso aceptó, se necesitaban, y se querían.

repentinamente el cuerpo de kirishima dejó de tocar el suelo pues bakugo lo había cargado, ocasionando así que enredara sus largas piernas en la cintura del rubio, rápidamente, se dirigieron al cuarto algo deshabitado del dueño del departamento.

no supo kirishima en que momento su pecho ya estaba al descubierto, y sus pantalones estaban ya tirados, mientras que bakugo permanecía con la playera abierta y sus pantalones desabrochados, el pelirrojo necesitado tomó la cabellera del contrario y gimiendo en bajo al sentir como sus pezones eran succionados y mordidos por el contrario, a bakugo le gustaba morder, y siempre se lo había demostrado.

  — katsuki... — suspiró el nombre del rubio, que sonrió altanero al ver el desastre que estaba causando. — y-ya... yo qui-quiero...

katsuki no tardó en saber a qué se refería, kirishima siempre tuvo pena al decir algunas palabras pasadas de tono, siempre se ponía tímido. dejó el cuerpo del de cabello rojo y se paró de la cama, quedando de pie frente al menor que no tardó en ponerse de rodillas frente a él. kirishima mordió su labio inferior, nervioso, hacía años que no recordaba el cuerpo del rubio, que ahora estaba mucho más desarrollado, pues era ligeramente más alto que en la adolescencia, lucía más musculoso y joder, ¡era tan excitante! sintiendo sus manos temblar terminó por bajar el pantalón del rubio, junto a su bóxer.

... era grande.

tímidamente, tomó el falo entre sus manos, y masturbó un poco para comenzar a introducir el pene en su boca, comenzando por portarse delicado y levemente, succionó el glande del rubio y encargándose de rodear su lengua en él, con el cuidado necesario de que sus colmillos no tocaran tan gravemente el falo. lo introdujo de forma lente, estaba nervioso y se sentía tímido, y en cuanto sintió la mano de katsuki en su cabellera, jalándole ligeramente y obligándolo a ver hacia arriba, se encontró con la sonrisa burlona de katsuki, tal y cómo lo esperaba y recordaba, demandante y egocéntrico.

lo peor de todo era que eso es lo que a él le gustaba a la hora de tener relaciones.

  — me vas a ver mientras lo haces, mi amor, ¿entendido?

kirishima sólo parpadeó lento, siendo una afirmación, comenzó a mover su cabeza, lamiendo en círculos en ocasiones y llevando aquel pene hasta donde su garganta lo permitiera, lo poco que no alcanzaba lo masturbaba con su mano, que al ser sumamente rasposa, solo ocasionaba que la excitación de bakugo incrementara. joder, kirishima siempre supo hacerlo enloquecer.

pasó de aquel tímido y lento movimiento, a uno rápido y algo brusco por como katsuki lo acercaba más, pues el mismo rubio se encargaba de que los movimientos fueran fuertes.

rojo y rojo nunca dejó de romper el contacto visual, al menos sólo cuando el pelirrojo en ocasiones cerraba sus ojos, o cuando el rubio echaba su cabeza hacía atrás, encantado con el trabajo del de cabellos rojos. cuando katsuki sintió aquel ya conocido hormigueo en su vientre, le susurró al contrario que ya estaba cerca, haciendo que el moreno aumentara su movimiento y se encargara de que cuando la semilla de katsuki fue disparada, fuera en su boca.

a katsuki le gustaba eso, y a él también.

cuando kirishima se paró, katsuki contempló su bello rostro, sonrojado, y con sus ojitos llorosos, mientras restos de semen corrían por las comisuras de sus labios. nuevamente bakugo sonrió orgulloso y besó al contrario con salvajismo, tumbándolo nuevamente en su cama. ambos estaban seguros de lo que pasaría, y lo querían, sin duda alguna.

  — vas a ser mío, amor, y te haré ver las estrellas una vez más. — susurró bakugo, pegando su nueva erección en el muslo del contrario, simulando una ligera embestida.

aquella noche, bakugo y kirishima volvieron a ser uno mismo luego de años separados, lo mejor de todo es que los dos querían aquel momento, y que un arrepentimiento nunca existiría.

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  — ¿tú que traes loca? — pregunta el de mirada cansada, rascando suavemente su cuello por la poca ansiedad que le ocasionaba haber visto a su novio hablando muy cerca de una chica de la clase 2b, pero ese era un tema aparte.

ahora se concentraba en la rubia, que parecía gato esperando por la ventana.

  — ¿no es obvio, menso? el sensei aún no llega ¡y salió con katsuki sensei! es que no sé si cogieron o si los asaltaron y murieron. — habla la chica sin separar su vista. — a parte de que el sensei no nos ha dado de comer ¡mamita roca, regresa con nosotros, te necesitamos! — lloriqueó.

shigaraki sintió una venita en su cabeza, que irritante.

  — cállate y ayúdame a hacer algo de comer. dabi hoy no come. ni siquiera la comida. — habla lo último en bajo, tomando de la orilla de la playera de la rubia y jalándola con él rumbo a la cocina.

— ¡suéltenme, SUÉLTENME, AYUDAAAA!

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kirishima sonreía feliz de ver el rostro serio del rubio al ver la película, de vez en cuando fruncía su ceño, o gritaba que algo no le gustaba.

habían preferido quedarse en casa, aclararon unas cosas de la noche anterior, y llegaron a la conclusión de que a los dos les encantó.

y katsuki prometió que se encargaría de que kirishima fuera el más feliz, que su corazón latiera completamente por él, como el suyo. aún no eran oficiales, pero sabían que algo llegaría de nuevo entre ellos. kirishima ya no le temía a katsuki, y confiaba plenamente en él, él quería que el rubio pasara con él el resto de su vida. estaba entregando por segunda vez, su corazón apenas algo pegado con curitas por el pasado que lo rodeaba, y lo entregaba a la misma persona que lo rompió.

fue una tarde completamente feliz, desayunaron juntos aquellos panqueques que katsuki preparó, siempre fue bueno en la cocina, de hecho. comieron algo de comida chatarra y ahora comían como snack algunas palomitas en el sillón, con katsuki abrazando sus hombros, y él recargando su cabeza en los hombros del otro, de vez en cuando uno volteaba ver al otro y sonreían. aunque katsuki más leve, y cuando las miradas se juntaban.

katsuki volteaba rápidamente sonrojado y chisteando, avergonzado y orgulloso. y ejiro sólo reía feliz de aquel momento.

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cuando una fina copa de cristal se rompía, no importaba cuanto la arreglaras, pequeñas astillas siempre quedaban en la alfombra incrustadas, y cuando pasas por ellas, se encajan en tu piel.


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yA LLEGUEEEE OLA, quise ser más explícito en el smut pero no pude más m puse bn penudo cmo dice la chavisa.

teacher Bakugo! ;; BakukiriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora