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acomodó en su cabeza aquel gorro gris, haciendo caer sobre sus hombros y espalda; su largo cabello rojo y lacio, y dejando unos cuantos mechones caer sobre su rostro, acomodó su bonita sudadera amarilla y sonrió mostrando sus bonitos colmillos creando de sus ojitos dos medias lunas. se sentía muy bonito aquel día, saldría con sus amigos a un dinner, y aprovecharía el fin de semana, y cierre de evaluaciones para poder tomar sin el pendiente de calificaciones o sus clases.

últimamente, sentía el estrés tensar su cuerpo con más frecuencia. por las fechas, por que varios muchachos habían salido heridos en un último ataque de villanos, por que bakugo andaba más raro que de costumbre y eso a él también le afectaba por que después de pensarlo y durar hasta tres días sin lograr conciliar el sueño, había llegado a la claro conclusión de que el rubio cenizo aún habitaba en su corazón. y eso era malo.

— ¿a dónde va, kirishima sensei? — le preguntó tenko, que recién despertaba saliendo de la habitación que compartía con su novio últimamente.

— ¿y tú que hacías durmiendo a las siete de la tarde? — evadió la pregunta de su menor, el cual sólo bostezó y rascó ligeramente su cuello, estaba nervioso. — es lo de menos, volveré noche, le avisas a los muchachos.

tal vez no era su obligación del todo avisar que llegaría noche, pero sus alumnos eran sumamente (demasiado) desastrosos, y jin especialmente muy paranoico, ¿recuerdan la vez que fue con deku a tomar y a pasar el rato juntos? bueno, al día siguiente, se dió cuenta de que tenía mas de veintidós llamadas de sus alumnos y sesenta mensajes alertados pensando que lo habían secuestrado, que lo habían matado o que él los había abandonado.

así que ahora cada que salía durante el lapso tarde-noche se veía en la necesidad de avisar a dónde iría.

  — ¡kirishima sensei, ¿podemos pedir pizza?! ¡diga que sí, diga que sí, diga que sí!

  — sí muchachos, pídanla.

los muchachos se la merecían, sabía que se la habían ganado trabajando durante todo lo que iba del año arduamente para tener buenas calificaciones (independientemente de su conducta, eso era aparte, por que si de eso habláramos estarían completamente reprobados) y si no iba a estar en la residencia para poder supervisar a los chicos en la cocina, preferiría que pidieran la pizza.

finalmente salió de la residencia y se fue camino al dinner donde tenía planeado verse con sus amigos. hundido sumamente en sus propios pensamientos, verse a sí mismo ahora siendo un héroe y profesor profesional, era algo que había anhelado y soñado desde hacía muchísimos años, aunque en sí, ser profesor no estaba en sus planes, pero lo disfrutaba, la forma en la que sus alumnos sonreían ilusionados o lo miraban con un brillo de esperanza, lo hacía ponerse en la piel del adolescente que él en algún momento fue, mirando a aizawa de la misma forma en la que él ahora era observado.

estaba orgulloso de sí mismo, feliz, sus pensamientos depresivos y autodestructivos que en algún momento obtuvo, y afectaron de manera cotidiana su pasado, estaban completamente olvidados, tenía la vida que quería.

kirishima eijiro seguía brillando como el sol que siempre fue.

y aunque en algún momento llegó a sentir el frío que lo apagaba, se había esforzado por seguir poco a poco brillando, y ahora, tal vez a la población que lo amaba como héroe o a sus jóvenes adolescentes aspirantes a héroes, se encargaría de seguir haciéndolo.

teacher Bakugo! ;; BakukiriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora