teacher Bakugo! ;; Bakukiri

09

lunes por la mañana, gritos por aquí, gritos por allá, mientras él escribe en la pizarra algunas cosas, con el paso del tiempo supo controlar su paciencia, y de por sí él ya era alguien paciente, con esos alumnos conoció lo que era controlar la paz interior antes de perder la cordura.

— ¡quítate imbécil, me aplastas!

— dulcificame tu voz. — canturreó el mayor.

dulce la patada que le dieron a dabi en cuanto vio que no se quitaba, suspiró cansado, cinco días de clases eran los que él tenía que presenciar esas escenitas, y es que sus alumnos creían fervientemente que no los veía, cuando en realidad a través del rabillo del ojo podía ver todos los movimientos y acciones, como el hecho de que toga estaba roncando como tractor o a geten jugando videojuegos junto a twice, o la pelea de la parejita número uno del salón.

cuando terminó el escrito y dio la vuelta, fue automático el silencio que reinó, toga fue golpeada para despertarla y funcionó. aclaró su garganta antes de oír su celular sonar.

— resuelvan ese cuestionario, cuenta una participación. — los muchachos comenzaron su trabajo, bueno, algunos comenzaron. otros (como dabi) dibujaban penes en la libreta de twice. ignoró aquello, pues él sabía que los únicos que salían perjudicados eran ellos.

tomó su celular y al ver el mensaje de katsuki no pudo evitar sonrojarse.

"buenos días lindo."

seguía sin acostumbrarse a aquel bakugo, por que aunque fuera amoroso y caliente, con los demás seguía siendo huraño y grosero, está bien, podía mínimo sentirse privilegiado a aquellas acciones.

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cuando comenzó su relación con katsuki, podía sentirse en las nubes, aquellos momentos cuando estaban a solas en su habitación, y bakugo dormía en sus muslos mientras él acariciaba su cabello rubio cenizo, eran encantadores, podía sentir una calidez en su corazón, era simplemente miel sobre hojuelas. salían a caminatas por la tarde e incluso bakugo lo consentía bastante.

sonreían, se abrazaban y besaban.

pero sólo cuando nadie los veía.

— ¡blasty, amor! — un joven kirishima corrió hacia su novio aquel lunes temprano, abrazándolo, aquel día, cumplían ya cuatro meses de relación.

lo que el pelirrojo no esperaba era el movimiento brusco de su novio que lo apartaba.

— ¡quítate cabellos de mierda, aquí no! — kirishima guardó silencio y mordió su labio inferior, sintiendo un leve dolor en su pecho.

— ¿qué carajos te pasa bakugo? ¡no lo trates así! — exclamó hanta enojado de ver cómo kirishima mantenía la mirada baja. katsuki gruñó.

— no te metas en lo que no te importa, idiota. — fue lo único que dijo antes de irse enojado.

— está bien sero, no te preocupes, sólo está de malhumor. — habló ejiro, sonriendo leve bajo la mirada de sus tres amigos, preocupados. — aquellos rumores en las páginas de chismes lo tienen tenso, ya verás que al rato se le pasa.

— no kiri, no está bien, ese idiota te trató de la mierda, no puedes dejar que te trate así. — mina habló, igualmente enojada, pero sobretodo triste de ver como su inocente amigo hablaba así.

y es que no era la primera vez que bakugo actuaba de esa forma, solía comportarse así cuando estaban en publico, después de todo no podía permitir verse débil por su relación amorosa. kirishima se había acostumbrado, pues bakugo solía decirle cuando estaban solos que sólo era por que le daba pena, pero que lo amaba.

y ejiro le creía.

— ay kirishima, espero que pronto te des cuenta corazón.

no se dió cuenta, nunca se dió cuenta hasta el día en el que bakugo tocó fondo.

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cuando la campana de receso sonó, todos los alumnos corrieron como animales a la cafetería, empujándose unos a otros y maldiciendo. él tranquilamente tomó sus pertenencias y salió, su apetito últimamente no era el mejor, como en esos momentos no tenía hambre.

"— o tal vez, es por que a katsuki no le gustaba que se excediera con la comida."

habló su conciencia tras tener aquel golpe de recuerdo, sacudió su cabeza alejando aquel pensamiento, no, sólo no tenía hambre, lo jura.

salió de su aula en camino a la cafetería, tenía que checar algunas cosas de los exámenes, y sabía que katsuki lo esperaba ahí mismo.

pero a medio camino, sintió su equilibrio fallar y por poco esperó el golpe en el suelo pero no llegó en cuanto sintió como lo tomaban del brazo antes de la caída.

— ¡ejiro, perdón no te vi!

quedó en shock cuando frente a él veía al pecoso de pelo verde lucir preocupado. ¿qué hacía ahí?

— ¿deku? ¡deku! ¡hola amigo! — sonrió con emoción, saltando a abrazar al (ahora) más alto, sólo un poco. el de cabellos verdes igualmente aceptó el abrazo gustoso de ver a su lindo pelirrojo. — ¡santo cielo, ¿qué haces aquí?!

— bueno, oficialmente ahora soy sensei deku. — deku siempre tuvo una sonrisa muy linda y amigable, él en sí, era muy amable con todos.

— ¿en serio? ¡qué genial! te lo juro que no esperaba verte acá, no hemos tenido mucho tiempo para hablar, es emocionante, tenemos mucho de qué ponernos al corriente, ¡ven, vamos! — tomó su mano y caminó con prisa a la cafetería, sabía que katsuki y deku no tenían la mejor relación.

¿pero qué de malo podría pasar?

deku sonrió al ver el entusiasmo de su amigo, sonrojado levemente al sentir las manos del mismo tomar la suya, eran cálidas, suaves a pesar de su quirk de hecho. nunca esperó trabajar en la yuei, siempre se mantuvo más al corriente como un héroe, pero tras haber visto algún que otro rumor acerca del "amor" entre dos héroes, que involucraban a kirishima, no pudo evitar actuar por puro impulso para trabajar en la yuei y aceptar la propuesta de iida.

aunque no tenía mucha idea de cómo dar clases.

todo lucía como él recordaba, le traía lindos recuerdos con sus amigos, uno que otro más bonito. pues cómo les decía, no esperaba volver ahí, ni cómo profesor.

  — ¡blasty! — oír aquel apodo arruinó su felicidad, sabía que lo iba a ver, claro, pero no tan así, tan... tan de repente.

  — hey, ejiro. — la voz neutra pero amable del rubio lo hizo enojar un poco ¿era en serio? ¿ese idiota actuaba así luego de haber destrozado a ejiro?

ambos se acercaron a la mesa donde el rubio de las explosiones ya esperaba, solamente al pelirrojo.

así que cuando katsuki notó la presencia del peliverde, su ligera sonrisa, ocasionada por el moreno, se borró.

  — ¡deku ahora trabaja acá ¿no es emocionante?! — dejó de sentir la mano del más bajo, pues había corrido a sentarse a un lado del rubio, que se veía más tranquilo de sentir el calor de kirishima cerca suyo.

deku tomó asiento con ellos y sonrió cínico a dynamight.

  — katsuki, hola, que gusto verte luego de... aquella escena.