En un mundo en donde los poderes destacan, habrá una persona capaz de alterar la realidad de todos, literalmente.
Nunca combines la tensión mental y emocional, todo puede salir mal.
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Todos los personajes le pertenecen Kōhei Horikoshi, el...
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Decir que el lugar era cómodo era quedarse muy corto, le gustaba el espacio que le habían asignado, incluso tenía un balcón para ver el bosque fuera de la residencia. Como cada debía acomodar sus pertenencias, se separaron después de las indicaciones del profesor Aizawa. Ordenar no fue el problema, después de todo, tenía un quirk que le permitía mover objetos a voluntad, por lo que en quince minutos ya había decorado su habitación.
—Eso fue muy rápido.
La voz de una persona provocó que ella se exaltara y se volteara con nebulosas verdes en sus manos, Todoroki miró las manos de la chica y pensó por un momento las cosas que tuvo que pasar la pelinegra para que se asustara por unas simples palabras, ni él que
—Lo siento, debí llamar. — dijo el chico al señalar la puerta abierta.
—¿Pasa algo? —preguntó bajando las manos y dejándolas a un lado, mirando con expectación a su compañero de aula
—¿Podrías ayudarme? — ella ladeó la cabeza sin entender su pregunta. — Yo suponía que por tu quirk podrías arreglar tu habitación rápido y no me equivoqué. — dijo al ver incluso un rincón en donde había colocado material para sus diseños de ropa. — Por favor ayúdame.
—Claro. — se encogió de hombros, no le molestaba ayudar, aunque era raro de esa manera a Shoto Todoroki, la mayoría de sus compañeros tenía presente que ambos no tenían una relación que no sabrían cómo catalogarla, en un principio fue rivalidad, pero ahora solo se veían cómo solo compañeros.
Siguió a Todoroki por el pasillo hasta que llegaron a la habitación del joven de cabello bicolor. Al abrir la puerta pudo ver muchos tatamis japoneses en el suelo, se dio la vuelta para mirar curiosa a su compañero de aula.
—Por favor ayúdame a colocar los tatamis. — pidió Todoroki a lo que Atsuko miró los tatamis y pensó en el tiempo que le llevaría a Todoroki arreglar su habitación, después de todo, cambiar la estructura para su comodidad llevaría por lo menos unos dos días.
—De acuerdo, con la condición de que no le digas a nadie que yo te ayude. — Shoto frunció el ceño sin entender el por qué le pedía ello. — Es para evitar malos entendidos, si las chicas supieran que te ayude, no dudarían en preguntar si estoy enamorada de ti o si estamos saliendo, y los chicos te molestarán creyendo que tienes una oportunidad conmigo.
—¿Eso es malo? — la pregunta de Shoto hizo que la pelinegra se replanteará sobre los conocimientos sobre adolescentes que tenía el bicolor.
—No, a menos que te guste ser acosado por los demás. — se encogió de hombros, y Shoto lo pensó por un momento.
—De acuerdo, acepto. —asintió con la cabeza, provocando una sonrisa por parte de la pelinegra. — ¿Está bien si te señalo cómo quiero que coloques los tatamis?
Ella negó y oyó con atención a Shoto, procediendo a decorar la habitación de Shoto, pasó media hora en el que pulía los detalles, hasta que quedó conforme. Cuando salió de la habitación se aseguró de que nadie le viera y con tranquilidad se fue a seguir viendo diseños de ropa en el internet, cuando fue interceptada por las chicas por Izuku para poder hablar mientras él terminaba de arreglar su habitación. Ella no se negó porque le tomaría fotos de su estante y le molestaría a su papá que alguien es peor fanático que él.
