UNA NUEVA PARTE DE MÍ
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Un lugar muy espacioso y reconfortante se abría a mí. Podía distinguir una chimenea a mi zona derecha, cerca de una televisión, en la cual se posaban algunos juegos de mesa y varios CD's. A mi izquierda había un comedor, en el que se encontraba Kalen.
—¿Quieres un chocolate caliente?
Dirigí mi mirada hacia Kalen.
—Sí... Por favor. —Asentí.
Sin preguntar, me dirigí a la chimenea. Estaba tiritando.
—Un día helado, ¿eh?
—Sí... Pero aquí dentro se está bien —admití.
—Digamos que es un buen sitio para pasar los inviernos.
—Me lo imagino —dije con una sonrisa en mi rostro.
—Tienes algunas mantas en el sofá de tu derecha, por si quieres taparte.
—No, gracias. Me encuentro bien. Ya estoy entrando en calor.
Giré mi rostro para verle. Estaba de espaldas, llevaba una sudadera negra y larga, su pelo desordenado hacía acto de presencia. Me di cuenta de que en estos momentos, me sentía a gusto con él, riéndonos y conversando. Como si hubiera olvidado que hace unas pocas horas le había golpeado y acusado de hacerle algo a Abril.
—Aquí tiene su chocolate, señorita —dijo, mientras me ofrecía aquella taza que debía de estar ardiendo.
—Gracias.
Kalen se sentó frente de mí.
—¿Y bien?
Le miré con una expresión confundida.
—¿Y bien qué?
—¿Qué te parece?
—Oh... —Miré a mi alrededor—. Tienes una cabaña muy bonita.
—Pensé que podías llegar tú sola.
—¿A qué te refieres?
—¿Quieres jugar al parchís? —ofreció, ignorando mi anterior pregunta.
—Si... Claro.
Kalen se levantó y agarró una de las tantas cajas de juegos de mesa que tenía encima de la televisión.
—Bien... Vamos allá —dijo mientras se sentaba y abría la caja del juego—. Debo avisarte de esto, soy el mejor jugador del parchís que encontrarás en tu vida. Por mucho que lo intentes, no podrás vencerme.
—Yo no estaría tan segura de eso.
—¿Qué color escoges?
—Azul.
Mis oídos captaron una risa casi silenciosa, proveniente de Kalen.
—¿Qué?
—El azul es de perdedores.
—¿Y eso desde cuándo? —pregunté, levantando mi ceja izquierda.
—Tira el dado y calla —dijo, con una risa divertida.
Agité el dado guardado en mis palmas cerradas, rezando mentalmente para que saliera un cinco. Abrí mis manos, para liberarlo y que empezara a rodar sobre el tablero. En efecto, no me había tocado el número esperado.
—¿Ves? De perdedores.
Seguidamente, Kalen tiró el dado. Por curiosidad, al primer intento le salió un cinco.
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PERSIGUIENDO HELIO
Misterio / Suspenso¿Qué es lo que pasa cuando un chico de ojos blancos entra a tu vida? Valeria es una chica que llevaba una vida común, hasta que una serie de acontecimientos comenzaron a acecharla diariamente. ¿Logrará salir de ello? ¿Tendrá aquel chico, algo que ve...