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Desde que era un niño, Taehyung se había considerado una persona paciente y tolerante sea cual fuere la situación que se le presentara. Siempre prefería verle el lado positivo a las cosas y era complicado hacerlo enojar.

Pero todas las personas tienen un límite y él conoció el suyo mucho más pronto de lo que hubiera deseado.

Estaba agotado. Esa era la única verdad tras su mirada caída por el mal sueño y su rostro cansado. Era la primera vez que se sentía de esa forma y no tenía idea de qué hacer. Y es que todo este asunto lo tenía hasta el tope.

Creyó que tener un bebé sería fácil y se había equivocado. Lo había intentado, sí, pero sentía que no aguantaría ni un día más siendo el único que se esforzaba para cuidar a Hyungwon cuando se suponía que el trabajo era para dos personas.

Ya había insistido lo suficiente y Hoseok no movía ni un sólo dedo para aportar algo, por más mínimo que fuese. Había decidido dejar las cosas como estaban. No lo obligaría a hacer algo que no quisiera, porque hay que ser claros. Lo menos que le importaba al omega era el cachorro.

Entonces, ¿por qué Taehyung debía hacer la diferencia?

La noche en la que Hyungwon se quedó dormido más temprano de lo normal, salió a la licorería más cercana y compró una botella de whisky lo suficientemente grande como para escapar de la realidad un rato.

Se convenció de que sólo serían unos cuantos tragos y luego se detendría, pero se dejó llevar más de la cuenta y en cuestión de minutos, la botella estaba casi vacía y él, preso de la ebriedad.

Hoseok tenía sed cuando decidió bajar, pero sus ganas de tomar agua pasaron a segundo plano cuando percibió el olor a alcohol y vio a Taehyung sentado en silencio en la mesa de la cocina. Lo único que esperaba era que no estuviera borracho. ¿Quién se encargaría de Hyungwon en la noche si despertaba llorando? Taehyung no, por supuesto.

—¿Taehyung? ¿Qué haces?—preguntó yendo a donde estaba y suspiró al ver la botella vacía en la mano del alfa—. Dame eso—se la quitó de un jalón y botó lo que quedaba en el lavaplatos.

A Taehyung no le gustó.

—¿Por qué hiciste eso?—gruñó, siéndole imposible enfocar bien la mirada en la de Hoseok.

—Estás ebrio.

—¿Y a ti qué te importa? ¿Qué te
importa todo esto?—Hoseok rodó los ojos. Aquí vamos otra vez—. Me arreglaron una cita con un omega que parecía tener más ganas de matarse que de ir a tomar un café y ahora estoy criando un niño con ese omega. Qué ironía—comentó con una sonrisa ida.

—A dormir. Arriba, vamos—trató de arrastrarlo hacia el sillón, pero Taehyung era fuerte.

—¿Ya te he dicho que eres un idiota? Ah, creo que sí. Porque eso eres. Un idiota.

—Taehyung, te hace falta ira dormir—estaba luchando por no escuchar lo que decía.

—No. ¿Sabes que me hace falta realmente? Que me ayudes. Eso me hace falta—se giró en la silla y lo encaró con el ceño fruncido—. Eres un egoísta. Lo único que te importa eres tú mismo. No Yoongi, no Jimin, no el bebé. Tú.

—Eso no es cierto.

—Ni siquiera yo te importo—susurró con molestia—. No puedo más, ¿entiendes? Demonios, no puedo hacerlo. Te lo he pedido tantas veces que perdí la cuenta y aún así no te importa. Siento cómo a Hyungwon le hacen falta sus padres. Es como si a veces los buscara y no sé qué hacer para reconfortarlo. ¿Tú me ayudas cuando eso pasa? No.

El omega mordió su labio inferior ante la repentina declaración del alfa. Todo lo que habia dicho era tan cierto que no tenía idea de qué decir al respecto, se había quedado sin palabras.

We're parents [TaeSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora