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El pequeño Hyungwon, sentado en su bañera llena de agua tibia, jugaba con los patos de hule que flotaban en la espuma mientras salpicaba agua y reía de vez en cuando bajo la mirada distraída de Hoseok, quien debía estar vigilándolo pero estaba más hundido en sus pensamientos que en otra cosa.

Taehyung, que estaba ahí viendo todo, dudó en intentar subirle el ánimo. Estaba de más decir que se había dado cuenta del mal momento por el que estaba pasando gracias a las feromonas tristes que el omega estaba soltando sin querer.

—No es por presumir, pero sé hacer un postre de fresas delicioso. ¿Qué te parece si hago uno para esta tarde?

El omega lo miró sin ganas y volvió la vista al cachorro.

—No me gustan las fresas—al contrario de cómo sonaba su voz normalmente, ahora se escuchaba baja, indefensa. Taehyung se mordió el labio.

—¿Y los duraznos?

Esta vez sonrió.

—Gracias, Taehyung, pero no tengo ganas de comer dulces.

Sin embargo, el azabache no se daría por vencido. Quería hacer que olvidara cual sea que fuese la razón por la que estaba ido.

—Me ofendes. Tú y Hyungwon son las únicas personas a las que no les gusta lo que cocino—frunció el ceño, fingiendo molestia y ganándose en segundos la atención del omega.

—Eso no es cierto.

—Sí lo es. Nunca dejas que te prepare algo porque no te gusta. Con suerte logro que almuerces.

—No es verdad.

—Sí lo es.

—Que no.

—Que sí.

—Que no—se dejó llevar y salpicó agua de la bañera en el rostro de Taehyung, quien se quedó serio por momento en el que Hoseok se arrepintió de haber hecho eso.
Incluso Hyungwon sintió la tensión y no hizo ningún ruido.

Entonces Taehyung rió y el omega le lanzó una mirada filosa y aliviada al mismo tiempo.

—Hubieras visto tu cara—se burló—. Parecías haber visto a un fantasma.

—Sí, muy gracioso—rodó los ojos ante su actitud infantil.

Sin embargo, no tardó en contagiarse del buen humor y rió con él. Tal vez no era tan mala idea comer algo dulce.

—Ya que insistes, haz un pastel de durazno y veré si de aquí a cuando esté listo estoy de humor para probarlo—dijo amable y pudo jurar que los ojos de Taehyung brillaron. No sabía lo mucho que significaba para él el probar los pasteles que hacía.

—Pensé que no querías.

—Bueno, cambié de opinión.

—Está bien—dijo emocionado, tomando una toalla para enrollar a Hyungwon con ella y así sacarlo de la bañera—. Lo visto rápido y bajo a la cocina.

Hoseok sonrió con los labios cerrados mientras negaba con la cabeza. No lo quería admitir aún, pero la actitud alegre, positiva y un tanto infantil del alfa a cada momento le estaba gustando más de la cuenta.

 No lo quería admitir aún, pero la actitud alegre, positiva y un tanto infantil del alfa a cada momento le estaba gustando más de la cuenta

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We're parents [TaeSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora