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Taehyung caminaba con prisa de un lado a otro por la sala. Era lunes y ya se habían acabado los días libres que les dio el abogado, por lo que debía volver al trabajo si no quería recibir un llamado de atención de su jefe y ensuciar la perfecta reputación que tenía en todos esos años trabajando en el restaurante.

—Cuídalo bien, por favor—le ruega a Hoseok haciendo referencia al bebé, quien estaba durmiendo en su cuna—. Recuerda que come tres veces al día y toma una siesta después del almuerzo.

El omega asintió. No sería tan difícil, ¿verdad?

—Mientras esté con el pato de peluche, no va a llorar. Si llora, es porque tiene hambre, sueño o necesita que le cambies el pañal. ¿Entiendes?

—Sí, entiendo.

—De igual forma, te dejé sus tres comidas listas y guardadas en envases. Sólo tienes que calentarlas en el microondas.

—No era necesario, pero gracias.

El alfa tomó un respiro, intentando calmarse. Hoseok podría con el bebé solo. Se dio la vuelta para irse pero a mitad de camino, giró para decirle una última cosa.

—Vamos a estar bien—lo interrumpió Hoseok antes de que pudiera decir algo—. Tú vete, que vas a llegar tarde.

—Es cierto, es cierto—trató de convencerse a sí mismo de que así era. Y sin más, Taehyung se fue de la casa rumbo su trabajo, rogando que cuando volviera en la noche, Hyungwon estuviera en una sola pieza.

Hoseok se echó en su sillón rojo y apoyó la mejilla en su mano antes de ver de reojo al cachorro preso del sueño en la cuna. Se veía tranquilo durmiendo, incluso se atrevería a decir que parecía un pequeño ángel. Justo eso lo hacía pensar que Taehyung estaba exagerando al ser tan paranoico, porque vamos. Cuidar de Hyungwon sería la cosa más sencilla del mundo, el niño no mataba ni a una mosca y apenas hacía ruido.

—Será sencillo—se dijo a sí mismo, completamente convencido de que era capaz de lograrlo—. Taehyung exagera, piensa que no podré pero ya verá que sí.

La casa estaba sumida en un silencio relajante que le recordó a aquellos días en los que vivía solo en su departamento, sin niños, sin alfas que te dijeran qué hacer, sin nada que pudiera perturbar en lo más mínimo tu tranquilidad.
Pero ahora que tenía tiempo para pensarlo más a fondo, no sentía ese extraño vacío en el pecho al recordar aquellos días de soledad. O al menos ya no le afectaba tanto como antes.
Sólo era un recuerdo y nada más que eso... ¿Se estaría acostumbrando a este estilo de vida donde la mayor parte del tiempo estaba con un cachorro de poco más de un año de edad y un alfa que lo daba todo para que hubiera una relación tranquila y pacífica entre los tres? No. No podía ser eso.

O tal vez sí. Y es que era completamente consciente de lo que significaba ser más cercano a Hyungwon y dejar de ser antipático tanto con él como con Taehyung. Romper esa corteza que lo aislaba de todo era permitir que entraran sentimientos que pudieran volverlo débil.

Sentimientos que, si estaba en lo cierto, ya se empezaban a desarrollar.
Sacudió su cabeza para dejar de pensar en esas cosas que lo único que hacían era confundirlo más de lo que ya estaba y fue cuestión de tiempo para que sintiera sus párpados pesados. Le echó una última mirada a Hyungwon, comprobando que estuviera dormido, y se permitió caer en el sueño también.
Una pequeña siesta no le haría daño y lo más probable era que despertaría antes de que el cachorro lo hiciera.

Se había equivocado.

Horas después, fue Hyungwon quien
lo despertó con su lloriqueo.

Hoseok se levantó de un salto y prácticamente corrió hacia la cuna para cargarlo y que dejara de llorar. Ya era un hecho que siempre se despertara de malhumor, como si fuera imposible hacerlo sonriente y sin dar patadas al aire.

We're parents [TaeSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora