Horns - The Promised Neverland (Ray) [COMPLETA]

Prologue

OO: The New Sister

En otro universo diferente, en la casa Grace Field, ya no solo dos personas conocen la verdad.

Muchas personas conocen la historia de la casa Grace Field. La casa donde se criaban a niños ganado de la más alta calidad en todo el mundo de los demonios. Sus tres protagonistas, Emma, Norman y Ray, los chicos más inteligentes de la casa y el orgullo de su cuidadora Isabelle. ¿Cómo olvidar a las mentes pensantes del brillante plan de escape que dio pie en aquella misma casa donde escaparon todos los niños mayores de 4 años?

Pero lo que no muchos conocen es que en otro universo se desarrolló una historia muy parecida solo con algunos cambios. ¿Qué pasaría si te dijera que el Proyecto Lambda - 7214 existía desde hacía muchos años antes de que saliera a la luz? ¿Si te dijera que existía una chica conocida como la "amenaza roja" que con tan solo mentarla causaba el terror entre los demonios? ¿Si te dijera que aquella promesa que los llevó a todos los niños de Grace Field a salvo al mundo humano costó más que solo los recuerdos de nuestra querida Emma? ¿Si te dijera que, en esta historia, los protagonistas eran 4?

(...)

El amanecer en la casa Grace Field volvía a ser ruidoso como siempre, eso pensaba el pequeño Ray de 8 años que estaba recostado a la pared en la que chocaba su cama mientras en sus manos yacía un libro gigantesco abierto hasta por la mitad de sus páginas.

- ¡Despierten todos! ¡Es de día! — el grito femenino no hizo que se inmutara para nada, sabía muy bien de quién era aquella voz y por eso era que él pensaba que el amanecer siempre era ruidoso.

La que gritaba era Emma, una chica de cabellos cortos desordenados de un tono anaranjado igual que el atardecer y unos hermosos ojos aguamarinos con tonalidades de verde olivo. Una chica vivaracha y extrovertida que era la mayor de todos los hermanos que vivían en aquella casa. También una de las mejores amigas de Ray. Eran ocasiones como estas donde el chico cuestionaba el seguir siendo su amigo con una irritación fingida y a la vez no tan fingida. Ray alzó su vista de su libro un segundo solo para comprobar si el resto de sus hermanos ya se habían levantado. No se sorprendió de que aún muchos estuvieran cubiertos con las sábanas hasta la cabeza y que Emma comenzara a saltar sobre sus colchones con la intención de obligarlos a levantarse. En lugar de molestarse, que era lo típico en él al presenciar ese tipo de comportamientos, sonrió tan levemente que era casi imperceptible a la vista y regresó la mirada a su libro para continuar con su lectura.

Se conocían desde bebés por lo que ya estaba adaptado a que Emma hiciera cosas como esas. Algunas veces pensaba que no había crecido ni un poco después de todo. Sus ojos se deslizaban por las páginas de aquel libro de mecánica. Lo que hacía lo hacía más por obligación que por disfrute. Él tenía un objetivo desde que se dio cuenta de la verdad y debía esforzarse por conseguirlo fuera como fuera. Ray era un chico diferente al resto y esto era más aún evidente a ser el uno entre un millón que no sufría la conocida amnesia infantil. Su comportamiento era serio y arrogante en algunas ocasiones. Era muy inteligente y siempre seguía las mejores posibilidades, nunca se dejaba llevar por sus emociones al tomar decisiones, eso era casi como un lema para él. Se caracterizaba por tener un cabello negro y un flequillo que ocultaba casi la mitad de su rostro. Sus ojos eran oscuros y siempre estaban analizando lo que sucedía a su alrededor. Como dirían sus hermanos de Grace Field "una enciclopedia andante". Esto último por tener fama de haber leído todos y cada uno de los libros que había en la biblioteca de la casa.

Ray vivía en Grace Field junto con el resto de sus hermanos, un orfanato. Ahí se encontraban para él las dos personas más importantes que tenía, sus amigos Norman y Emma. Estos tres fueron inseparables desde pequeños y siempre fueron genios en lo que se refería a los exámenes diarios. Todos los niños vivían con la ilusión de que el envío que ocurría a cada 2 o 3 meses los llevaría a un hogar con unos padres verdaderos que los quisieran, pero desde hacía mucho Ray conocía la verdad. La causa, no haber sufrido la amnesia infantil. Ray veía como a cada cierto tiempo uno de sus hermanos se iba con esperanzas de encontrar a una nueva familia, pero él sabía cuál sería su verdadero destino. Por eso se había fijado un propósito, escapar de aquel lugar.