Horns - The Promised Neverland (Ray) [COMPLETA]

Second Epilogue: Happy Ending

Los recuerdos regresan y los sentimientos los abundan. Su hermana a vuelto a casa y esta vez es para quedarse.

Hiyori sintió como una gota de sudor recorría su espalda por los nervios. Aún no la habían invitado a entrar y los espectadores habían aumentado. Al ver que sus hermanos se habían quedado estáticos en la entrada, el resto sintió curiosidad y también salió a ver al inesperado invitado. Todos estaban como en trance y era algo normal, después de todo los recuerdos les estaban inundando las cabezas. Hiyori estaba nerviosa por la reacción que tendrían estos cuando por fin procesaran lo que sucedía puesto que había una gran verdad que se imponía a la situación. Hiyori les había dicho acerca de que debía quedarse en los Siete Muros, pero nunca les dijo nada acerca de que perderían sus recuerdos sobre ella. La sonrisa de la chica temblaba ante la expectativa de como actuarían sus hermanos a continuación.

- Hiyori... — Norman la llamó en un susurro casi inaudible mirándola directamente a los ojos.

- ¡Si! — respondió ella casi sin dejarlo terminar de llamarla con un pequeño sobresalto por los nervios.

Lamentablemente los ojos de Norman no le daban la menor pista acerca de que estaba pensando. Entonces, fue como si sus palabras los hubieran despertado y todos centraron su atención en la de cabellos rosas poniéndola aún más nerviosa. Pero sus nervios injustificados se fueron al retrete cuando las sonrisas empezaron a esbozarse en sus rostros.

- ¡Es Hiyori!

- ¡Hiyori regresó!

Todos sus hermanos en manada se lanzaron sobre ella tirándola al suelo y abrazándola con tanta fuerza que casi la dejaban sin aliento. Hiyori se mostró algo sorprendida por la cálida bienvenida puesto que no se la esperaba para nada. Siempre pensó que sus hermanos se enojarían con ella por no haberles dicho nada y por eso es que estaba tan nerviosa. Pero esbozó lentamente una sonrisa cuando pudo acariciar los cabellos de Christie que enterraba su cabeza en su pecho. Un sentimiento abrumador se apoderó de su pecho haciéndola sentir completa de nuevo. Había pasado tanto tiempo sola, solo viéndolos a través de un espejo sin poder hablarles o siquiera tocarlos que se sentía eufórica en aquellos momentos.

- ¡Estoy de vuelta! — con gran emoción Hiyori envolvió en sus brazos a tres de sus hermanos más pequeños y los alzó levantándose del suelo como si fueran simples plumas.

Los pequeños rieron llenos de satisfacción y los abrazos siguieron. Cada uno le brindó un cálido abrazo a su hermana que hacía tanto que no veían. Gilda le dijo que la ropa abrigada que llevaba era un chic de estos tiempos de frío. Anna le mostró aquella sonrisa tan característica de ella y tomó sus manos mientras le daba la bienvenida. Don hinchó el pecho con orgullo y le dijo con entusiasmo lo mucho que había aumentado su estatura, tanto que ya lograba superarla por una cabeza. Nat le mostró con gran estilo su uniforme de la academia de élite a la que asistía como si fuera la séptima maravilla del mundo. Emma solo la estrechó entre sus brazos y le dijo que siempre había creído que estaba viva en algún lugar. Luego fue el turno de Norman que la esperaba ya impaciente. Este último sí parecía estar un poco enojado por lo que Hiyori se acercó sigilosamente a su lado.

- Hola, Norman — dijo ella temerosamente mientras el albino la atravesaba con su mirada en llamas.

Pero fue una sorpresa cuando de repente, el ceño fruncido en su frente desapareció y el chico la envolvió en sus brazos con una fuerza increíble y una brillante sonrisa.

- Te extrañamos mucho, hermana — Hiyori sintió como su corazón latió con fuerza ante como la había llamado.

Era cierto que ya había utilizado esa forma para referirse a ella en varias ocasiones pero, ahora que ambos conocían que realmente compartían la misma sangre, esa palabra la hizo emocionar. El de cabellos blancos la dejó libre y por fin, venía el momento de enfrentarse al jefe final. Ray la miraba de forma distante desde la esquina sombría del pasillo. Hiyori se acercó lentamente a él como si temiera que este pudiera comenzar a gritarle en cualquier momento. Estiró sus manos al frente y fue la primera en abrazarlo debido a que el chico aún no parecía haber reaccionado completamente ante la situación.