15: Refuge B06 - 32 and the Mr. Unknow

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Un nuevo personaje se unirá a la trama trayendo consigo demasiados secretos acerca del misterio detrás del refugio B06 - 32.

- ¿Qué significa esto?

- Aquí no hay nada.

Todos comenzaron a quejarse uno por uno y no era para menos. Se encontraban a mitad del desierto totalmente desamparados. Era de noche, tenían frío, sueño y hambre. Solo habían deseado llegar al refugio B06 - 32 pensando que recibirían una cálida bienvenida como ellos se merecían después de tan largo viaje pero todas sus esperanzas habían sido rotas en apenas unos segundos. Todos los pequeños cayeron en pánico rápidamente, muchos con los ojos cristalinos al perder esperanza de encontrar a Minerva en aquel inhóspito lugar. Pero Hiyori estaba centrada en otra cosa. Todos guardaron silencio cuando escucharon lo que dijo con sus ojos cerrados.

- Hay alguien aquí, un humano — su dedo índice apunto a un punto específico en el suelo a sus pies y abrió los ojos que, aunque no habían perdido su azul cielo, tenían un leve destello carmesí, la chica podía ver a través de sus ojos la silueta de alguien en ese punto que apuntaba debido a su habilidad de sentir la presencia de todos los seres vivos a su alrededor — Un hombre y está bajo tierra.

- Bien, ¿y cómo se supone que llegaremos hasta allí? — preguntó Ray dedicándole una seria mirada.

La chica entrecerró los ojos y una gota de sudor corrió por su sien, ciertamente no había pensado en aquel detalle.

- Eso se los dejo a ustedes, mientras yo iré a mirar los alrededores. Adiós — fue lo último que vieron que dijo con una sonrisa nerviosa antes de ponerse en posición de correr y esfumarse a la velocidad de la luz levantando una gran nube de polvo.

- Solo querías dejármelo todo a mí — Ray observó con una ceja enarcada de irritación la gran masa de humo que iba haciendo un camino cada vez más largo hasta que no pudo seguirlo con la vista, cerró los ojos y suspiró admitiendo que Hiyori no tenía remedio.

- ¿No pasará nada porque la dejemos ir? — Alicia hizo una mueca de preocupación mirando el humo que empezaba a desvanecerse poco a poco.

- No hay por qué preocuparse. Hiyori sabe cuidarse por si sola. Por algo es la mayor — dijo el pelinegro teniendo certeza y seguridad de que la pelirrosa estaría bien.

"Bueno, todos cálmense y escuchen...", Hiyori sonrió al escuchar las palabras de Ray. Aunque hubiera huido, tenía que cerciorarse de si sus hermanos lograban encontrar la forma de entrar al refugio. En un punto lejano de ellos ella se encontraba, había avanzado tanto en tan poco tiempo que comenzaba a volver a ver la entrada al bosque, viaje que con sus hermanos les había tomado todo el día, ella lo había hecho en 5 segundos. La verdad, el hacerlos creer que se iba porque no supiera como entrar fue más una psicología inversa, en realidad era realmente para verificar los alrededores porque aquel putrefacto olor había llegado a sus fosas nasales minutos antes advirtiéndole del peligro. Olfateó con su nariz un poco y su expresión cambió totalmente a una seria y concentrada.

- Apesta a demonio — susurró y dirigió su mirada hacia la entrada del bosque.

Sung - Joo les había dicho que mientras no volvieran a adentrarse allí y no se acercaran a ningún cuerpo de agua no tendrían problemas, al menos no con los demonios salvajes que no poseían inteligencia. Entonces, ¿qué era esas dos gigantes siluetas no humanoides que veía acercarse a gran velocidad desde las profundidades del bosque? Ambos, demonios salvajes, corrían en su dirección y Hiyori los esperó preparándose para atacar. Era incómodo solo usar sus manos ya que no tenía arma pero amplió sus ojos y retomó su anterior postura al percibir otra cosa.

Horns - The Promised Neverland (Ray) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora