13: Apologise

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Incluso entre la más grande oscuridad, estos niños eternos logran ver la esperanza. Sus lazos son más fuertes que nunca, ya no podrán ser vencidos.

- ¡Hiyori! ¡Hiyori! — los llamados provenientes desde la lejanía la hicieron levantarse de inmediato de la cama, que estaba compuesta por dos mantas, una sobre la que se encontraba acostada y la otra para poder cubrir su cuerpo del frío.

La pelirrosa estaba algo desorientada, había estado durmiendo plácidamente hasta que esos gritos la despertaron. Se quitó de encima la manta que cubría la mitad baja de su cuerpo y se puso en pie, buscando quien la había llamado.

- ¡Hiyori! — se dio la vuelta rápidamente para ver a Emma más radiante que nunca corriendo en su dirección.

La de cabellos naranjas se lanzó de lleno hacia ella y la chica solo pudo extender sus brazos hacia delante para atraparla en el aire y evitar que se cayera. Seguía confusa del por qué de la gran emoción que emanaba su amiga.

- ¡Existe! ¡Realmente existe un lugar seguro de demonios! — Emma se acurrucó contra Hiyori estrechándola con gran fuerza y por fin comprendió a que se debía aquella sobrecarga de energía, al parecer ya Sung - Joo y Musica le habían contado.

- Pero, Emma... — Hiyori separó a la chica de ella con delicadeza y hablando en un tono de penuria — Todos los caminos están cerrados. No hay forma de...

- Está bien... — Emma la interrumpió antes que pudiera decir aquellas palabras que no quería repetir en voz alta con una sonrisa tan llena de confianza como solo ella podía hacerlo — Encontraremos una forma.

- Emma nunca se ha rendido porque algo parezca imposible, Hiyori. Esta vez, yo tampoco — la pelirrosa miró por la espalda de la de cabellos naranjas para ver a Ray con una hermosa sonrisa de seguridad, aún con la sorpresa Hiyori se echó a reír.

- La verdad, ya me lo esperaba de ustedes. Gracias por no rendirte, Emma — la chica volvió a mirar a su amiga que se sorprendió por sus palabras — Debo admitir que titubeé un poco pero tus palabras me han echo creer completamente de nuevo. Saldremos de aquí.

- Si — afirmó la contraria asintiendo efusivamente.
- Entonces solo queda por hacer una cosa — los ojos celestes de Hiyori mostraron decisión, corroborando lo que acababa de decir.

Emma volvió a asentir sin quitar esa sonrisa.

- Encontrar a Minerva — los tres dijeron al mismo tiempo.

- Mmmm... Creo que me voy llendo primero a dormir. Aún estoy algo cansada — Emma estiró sus brazos por detrás de su cabeza anunciando a ambos que se retiraba.

- Descansa bien, mañana será un día importante — la pelinaranja asintió y se alejó de ellos dejándolos solos.

Un gran silencio reinó en la estancia ambos sin saber que decir a continuación. No habían vuelto a hablar desde que Hiyori le había dicho todas esas cosas en el momento que Ray había intentado suicidarse y sentían como si hubiera un muro invisible entre ellos que los separaba. A Ray ese muro le quitó el aliento, el sentimiento de estar tan lejos y a la vez tan cerca le era insoportable en el pecho, era como si le estuvieran arrancando alguna parte de su interior de un tirón. Hiyori lo miró de reojo por un momento, sus ojos ya no brillaban, estaban simplemente vacíos y Ray volvió a repetir el sentimiento de que le quitaban algo del pecho.

- Bueno, yo ya no tengo sueño así daré un vuelta por la superficie para pasar el rato. No te acuestes tarde — dejó de mirarlo y se empezó a alejar lentamente.

A Ray le dolía el pecho y se sintió desesperado, tenía el presentimiento de que si no hacía algo Hiyori y él nunca volverían a ser los mismos, así que no se lo pensó cuando la agarró de la muñeca para detenerla. Hiyori abrió los ojos con sorpresa pero no se movió. No se esperaba que Ray fuera a detenerla pero no intentó alejarse, después de todo los sentimientos no se iban de la noche a la mañana y ella tenía mucho de eso hacia Ray.

Horns - The Promised Neverland (Ray) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora