Capítulo 4

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*Cuatro meses después...*
-¡Eh, chica nueva, atrapa esto!

Una caja pequeña de cartón me estampa en al cara.

-¡Joder Flint! ¿En serio me acabas de atacar con...?- Abro la caja.-¿Un montón de sobres de ketchup? ¿Qué se supone que voy a hacer con esto?

- Estropear la comida, al parecer.- Edén deja en la encimera un montón de bolsas.

-¡Oye!- Flint se hace el ofendido.- El ketchup es incapaz de destrozar la comida.

-La pizza sí.

- No le hagas caso, mi amor.

-¿A quien llamas amor?- Pregunta Jaxon, medio divertido y, también, interesado.

- A ti no, desde luego. Hola Grace, feliz navidad.

Lo abrazo y luego a Mekhi.

-¿Traéis la sangre?

- Por supuesto.

-Solo a nosotros se nos ocurre cenar pizza en Nochebuena.

- Bueno. Los que encarguen comida asquerosa pero que está de moda lo pasarán mucho peor.

- También es verdad.

Pasamos la noche comiendo pizza, viendo películas y, por supuesto, riéndonos sin parar. Estamos todos, excepto Macy y Hudson. Macy no puede venir, ya tenía  planes, y Hudson...

Hudson no me dijo que sí ni que no. Me paso un rato mirando disimuladamente a la puerta, pero al final me rindo. Por un momento me parece ver sus ojos azules, su brillo, pero se va tan rápido como ha venido. Así que me centro en mis amigos y mi compañero. Nos damos regalos, jugamos al cluedo, lo cual a Edén de la da bien pero a los demás fatal. Y al final de la noche simplemente hablamos de todo y de nada. Edén se ha quedado en el Katmere, lo cual a Macy le encanta, mientras estudia para entrar en el ejército de los dragones. Flint está en un piso de alquiler, mientras decide que quiere hacer. Aunque, claro está, siempre tendrá la opción de ser rey. La orden sigue estudiando, en el Katmere, pero por su cuenta. Y Jaxon y yo... Bueno.

Vivimos en un piso, seguimos en Alaska, pero a unas horas del Katmere. Yo estoy aprendiendo más sobre las gárgolas en general y Jaxon de aquí para ya arreglando cosas de la corte vampírica. No somos pareja. No somos enamorados. Y eso me aterra mucho, porque significa que el vínculo no funciona. Pero, como por ahora está bien, no saco nunca el tema. Cuando,más tarde que pronto, todo el mundo se va, me desplomo en el sofá, agotada.

-¿Y si nos vamos a dormir y mañana recogemos todo?

- Muy bien.

Juntos cruzamos el pasillo. Le doy un beso en la mejilla y luego me meto en mi habitación.

-¡Hasta mañana!

-¡Hasta mañana!

Cuando cierro los ojos lo último que veo es el color azul marino que vi por la ventana. El mismo color de los ojos de Hudson.

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