Capítulo IV.

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Bueno, como podrían esperarse, el domingo paso sin ninguna novedad porque nadie hace nada más que pereza un fin de semana... Aunque, algunas personas sí trabajan ése día lastimosamente y otras tienen el privilegio de no hacer mucho más que oficio en sus casa, y creo que ni eso.

El caso es que, ya era lunes en la mañana, estaba frío y un poco grisáceo, el peor comienzo de semana; no muchos estudiantes se encontraban dentro de la escuela ya que todavía faltaban unos 20 minutos para que las clases empezarán, así que algunos se sentaron en las escaleras antes de la entrada o también se la pasaban jugando en los computadores de la biblioteca (muy aprovechados la verdad). En los pasillos, Rainbow estaba en frente de su locker para sacar su libro de lenguaje, recordando lo que había pasado el sábado en el parque. Había sido tan hermoso pasar ése corto pero bonito tiempo a solas con Applejack que desde ahí, no había dejado de sonreír como tonta; hasta sus padres le habían preguntado al respecto.

Revisó algunas páginas para verificar que había hecho la tarea y cuando iba a volver a meter su mano en el locker, éste se cerró repentinamente, asustándola en el proceso. Vio a su derecha y ahí estaba Rarity mirándola seriamente; la deportista alzó una ceja con confusión.

-¿Hola? ¿Por qué hiciste eso? -preguntó acercándose a ella.

-Por nada en especial -respondió con una sonrisa y la miró a los ojos-- ayer estabas tratando de coquetear con ella, ¿verdad?

-Ah pff ¿qué? ¿De quién hablas? -exclamó con nervios y se recostó en los lockers, mirando a otra parte-, yo ni siquiera sé coquetear.

-Sí, de eso me di cuenta -se paró en frente de su amiga y se le acercó abruptamente a la cara-, te gusta ¿no es así? Te gusta Applejack.

Rainbow abrió sus ojos como platos y se sonrojó, era cierto, claro, pero se le hacía difícil expresar sus sentimientos con alguien más que no fuera su familia (apesar de que sus amigas eran como su segunda familia).

-¡Por supuesto que no! -exclamó y la modista se asustó un poco-. E-eso sería ridículo, digo, ¿AJ y yo? ¡Ja! Para nada jeje.

Rarity alzó sus cejas con sorpresa y miró a la peliarcoiris que todavía tenía ése sonrojo presente. «¿Me cree estúpida acaso?» pensó la más afeminada «o quizás... solamente lo niega por miedo» al ver a su contraria algo decaída suspiró con resignación.

-Ay, ya no tiene sentido hacerte un drama -murmuró y Dash la observó recostarse en su hombro-, tú estás haciendo el tuyo propio.

-¿Eh?

-La verdad es que ella también me gusta -se levantó y la miró a los ojos-, la diferencia entre tú y yo, es que no niego ésa atracción.

-Ah -agachó su cabeza, tragando saliva pesadamente, mirando el libro que traía entre manos-, no es que lo quiera negar, yo... Ella me gusta pero...

-¿Te da miedo? -preguntó Rarity y Rainbow asintió, confirmando sus sospechas-. Te comprendo, la primera vez que lo sentí, también tuve miedo, es un sentimiento bastante complicado la verdad... Ay no puede ser, me arruinaste el drama que quería hacer, enana -le picó una de sus costillas, haciéndola reír levemente-. Oh... ¿Es fácil hacerte cosquillas? Eso no lo sabía.

-Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando -dijo entrecerrando sus ojos y la pelimorada solamente sonrió con malicia-. No, por favor, no lo ha-

No pudo terminar su frase porque su amiga le empezó a hacer cosquillas, haciéndola reír escandalosamente, llamando la atención de algunos alumnos que andaban por los pasillos (también dejando caer su querido libro, F). Luego de unos segundos, Rarity la abrazó por la cintura y le dio un pequeño beso en la mejilla, haciendo que la deportista se sonrojara.

Un triángulo amoroso | ¿Appledash? O mejor ¿Rarijack? | "Actualizado."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora