Un baño juntos

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Abril y Alessandro se quedaron en la playa toda la tarde, ellosestaban sentados en la arena cuando el
sol comenzó a ponerseAbril se quedó maravillada al ver los hermosos colores delatardecer tiñendo el mar,
de anaranjado, amarillo y violeta, el solse escondía lentamente en el horizonte como si se hundiera en
el agua, la vista era tan hermosa que no pudo apartar su vista hastaque el sol se ocultó por completo. El
paisaje colorido desapareciópor completo como si hubiera sido un sueño, Alessandro al ver ladecepción
dibujada en su cara le preguntó.  _ ¿Qué pasa? ¿No te ha gustado el atardecer? Ella negó con la cabeza.  _Al
contrario, me ha gustado tanto que es una pena que se hayaacabado. Alessandro se puso en pie, extendió su
mano a Abril y le dijo.  _El que haya terminado no significa que nunca más volverás averlo, podemos volver
otra vez y ver el atardecer sentados en laarena tal y como lo hemos hecho ahora.  _ ¿De verdad?  _Si,

cumpliré lo que me pidas. "Menos dejarte ir" Pensó Alessandro mientras le ayudaba a levantarse del
suelo.  _Se está haciendo tarde, deberíamos volver antes de que misguardias vengan a buscarnos.

Alessandro ayudó a Abril a subirse al caballo, después de subirserodeo su cintura, ella le dijo.  _ ¿En verdad
volveremos algún día?  _Si, lo prometo. Abril se recostó en el pecho de Alessandro y se quedó quietahasta
escuchando los latidos de su corazón hasta que llegaron ala mansión en la que se estaban quedando. Al
llegar Alessandro la ayudó a bajar del caballo, los sirvientes seacercaron a ellos, se llevaron al caballo y
entraron a la mansión,ellos se dirigieron directamente al comedor Cassian les estabaesperando, al verlos
dijo.  _Ya era hora, ¿Dónde han estado? Abril respondió con gran
emoción.  _Hemos estado en la playa, hemos visto el atardecer y fuehermoso, nunca había visto nada igual,
deberías haber venido.  _Me alegro de que la hayas pasado también. Durante la cena Abril no paró de decir lo
maravilloso que habíasido el paseo en la playa, después de cenar Alessandro y ella sedespidieron y fueron a
su habitación. La habitación era grande, tenía una cama enorme con dosel ycortinas blancas cayendo a los
lados, Abril estaba sudada y teníaarena por todas partes, ella le dijo.

_Debería darme un baño, o dejaré llenare la cama de arena. Alessandro la abrazo por detrás y le
dijo.  _Tienes razón, deberíamos darnos un baño antes de meternosen la cama. Abril no se molestaba en que
Alessandro viera su cuerpo, aunqueel tocarla era otra historia, eso hacía que se avergonzaramuchísimo y le
dijo.  _Sería un poco incómodo el meternos los dos en la bañera, perosupongo que está
bien.  _Estaba bromeando, pero veo que no te desagrada la idea asíque hagámoslo. Alessandro guío a Abril
hasta el cuarto de baño, la bañera estaballena, las sirvientas debían haberla llenado antes de que
ellosllegaran, Alessandro se quitó las ropas, Abril hizo lo mismo, él sequedó mirando su figura, cuando ella se
acercó a la bañeradándole la espalda, él le dio un beso en la espalda y le dijo.  _Eres hermosa. Abril se
sonrojo, aunque no le importaba que él mirara su cuerpodesnudo le daba un poco de vergüenza que él besara
su espalda,la hacía sentir rara. Alessandro entró a la bañera, luego ella le dijo que se metiera,Abril se metió
entre sus piernas y le preguntó.  _ ¿Cuántos días estaremos aquí?

_Aun no lo sé, pero no creo que pueda llevarte a la playanuevamente, tengo trabajo que hacer aquí.  _Lo
entiendo.  _Pero esta mansión tiene un hermoso jardín, me gustaría poderllevarte al puerto, pero en estos
momentos no es muy seguro asíque será hasta que haya terminado mi trabajo. Abril asintió con la cabeza,
aunque ella quería ver más lugares noquería ser una molestia así que no insistió en salir. Alessandroapartó el
cabello de la espalda de Abril y le dio un beso en elcuello mientras sus manos furtivas se deslizaban por su
cuerposintiendo su suave piel, ella le dijo.  _Qué estás haciendo?  _Te ayudo a bañarte.  _Puedo hacerlo
sola,  _Lo sé, pero aun así deseo hacerlo. Las manos de Alessandro se ahuecaron en sus pechos, los
apretócon suavidad arrancándole un gemido de placer, él le
dijo.  _Pero me parece que tú quieres que haga algo más además deayudarte a bañarte, ¿Me equivoco? Abril
estaba avergonzada.  _Eso no es verdad.

Alessandro la abrazo y susurro en su oído.  _Pero yo sí, muero por hacerte mía.

Esposa olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora