Nuevos Cimientos

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Horas después de la fallida propuesta de matrimonio entre Isabela y Mariano, por parte de Antonio, la joven Madrigal del don de las flores se encontraba en su habitación releyendo la carta que su hermanita menor le había escrito y rememorando los hechos ocurridos anteriormente, cuando de repente se le ocurrió una idea, una forma de encontrar su libertad aunque eso significará correr el riesgo de enfrentar a su abuela.

Isabela salió de su habitación y se dirigió a la habitación de su primo pequeño Antonio, golpeó la puerta y tras escuchar un "adelante", entró en la habitación de su primo y lo encontró en su árbol rodeado de casi todo sus animales, la joven se acercó un poco hacia su primo pequeño y le preguntó si podía ir con ella a su habitación porque había algo que quería decirle en privado, el niño lo pensó unos segundos y después salió junto a su prima mayor de su habitación para dirigirse a la de ella, al entrar el niño pudo ver las hermosas flores que llenaban la habitación de su prima y esta lo llevó hasta una zona un poco apartada de su habitación, se puso enfrente del niño y le dijo:

Isabela:¿Tienes alguna idea del porqué te traje a mi habitación?

Antonio:No ninguna.

La joven comenzó a jugar con sus dedos y con una mirada de timidez y nervios le dijo a su primo:

Isabela:¿Quería saber si te gustaría o podrías ayudarme con algo que Mirabel descubrió sobre mi don?

Antonio:Te ayudaré con tu don pero ¿como quieres que te ayude con él, que es lo que quieres que haga?

Isabela:Quiero que me digas algo que Mirabel supiera que nosotros no o que me digas algo de ella que yo no se.

Antonio:Ya que a diferencia de ti y el resto de nosotros Mirabel no tenía don, se la pasaba la mayor parte del día ayudando a las ancianas del pueblo y hablando con ellas, así supo cosas del abuelo que nosotros no sabemos o cosas que la abuela no nos a dicho nunca de él.

Isabela:En serio, vaya, bueno que cosas sabe Mirabel sobre el abuelo Pedro que nosotros no sepamos.

Antonio:Pues, Mirabel me dijo que una señora del pueblo le contó que el abuelo Pedro cuando era adolescente, era igual de carismático y divertido que Camilo y que además se metía en muchos problemas junto a sus primos y hermano.

Isabela:Espera dijiste hermano, ¿el abuelo Pedro tenía un hermano?

Antonio:Por lo que le contaron a Mirabel, el abuelo Pedro tenía un hermano mayor y una hermana menor.

Isabela:Bueno eso es interesante saberlo, pero ahora dime algo de Mirabel que yo no sepa.

Antonio:Mirabel tiene un lunar pequeño en la parte izquierda de su cuello con forma de mariposa, a veces llegaba a Casita con algunos moretones y heridas en su cuerpo.

Mientras el pequeño más le contaba a su prima sobre las cosas que está no sabía de su hermanita menor, Isabela no se daba cuenta de que varías plantas exóticas, de diferentes colores y cactus, brotaban del suelo de su habitación y crecían con lentitud, la joven tenía un lío de sentimientos y emociones en su cabeza y en su pecho, que no se dió cuenta de las plantas que estaba creando inconscientemente hasta que su primo Antonio le habló fuerte y le dijo que mirará para atrás, después del shock inicial ambos primos se miraron entre si con una mirada traviesa y a los pocos segundos los dos ya estaban jugando con las plantas de Isabela y explorando con el don de está.

Isabela y Antonio llegaron hasta el patio de Casita después de jugar con las plantas y la joven tomó a su primito en brazos y lo abrazó, aunque lamentablemente la felicidad de ambos se vio terminada cuando escucharon a su abuela gritando y exigiendo respuestas, tras la mirada dura de la abuela Isabela por poco se encoje en ella misma de no ser porque su abuela estaba regañando a su primo Antonio duramente, la muchacha hizo que su primo se pusiera atrás de ella y con una mirada de enojó total se dirigió a su abuela y le dijo:

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