Día 3 y 4. Medias de seda y Lencería. Nie Mingjue x Jiang Yanli

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Jiang Yanli era una mujer muy paciente, dedicada y disciplinada, no por nada había logrado abrir una cadena de restaurantes. Era ordenada, limpia y suave, las personas la amaban por ser cálida y honesta.

El problema de Jiang Yanli, que no era del todo desagradable, era su novio. Nie Mingjue.

Nie Mingjue era contrario a ella en muchas cosas, él era pragmático, impaciente y terco. Ambos eran disciplinados, razón por la cual habían logrado sacar su relación adelante a pesar de sus trabajos pesados. Pero eso no quitaba el hecho de que Nie Mingjue siempre quisiera las cosas de manera bruta.

Es por eso que Jiang Yanli se había puesto el vestido verde.

La tela parecía suave y era brillante, dejaba sus piernas libres solo hasta un poco arriba de la rodilla. La espalda estaba descubierta y podía mostrar sus hombros y su cuello, algo a lo que Nie Mingjue amaba especialmente besar y morder.

Pero el detalle de ese día no era el vestido, sino lo que había debajo de él.

Medias de seda negra, un conjunto del mismo color. Un conjunto de bella y fina lencería negra que hacía resaltar su piel blanca. Ella sabía que su novio se volvería loco, pero también sabía que sería una buena manera de entrenarlo en el arte de la paciencia.

- Mi amor - Nie Mingjue estaba sentado en su sillón favorito de su departamento, con una lata de cerveza en su mano - Sabes que te amo con todo y tus defectos...

- ¿Defectos? - Nie Mingjue le sonrió, sabiendo de una vez lo que significaba ese vestido verde, y palmeó sus piernas, una señal para que ella se sentara allí - ¿Puedes mencionarlos, querida?

Jiang Yanli soltó una risa suave, mientras se contoneaba hasta llegar a Nie Mingjue y sentarse en su regazo. El hombre la tomó de la cintura.

- Tu impaciencia no es buena para tu negocio ni tus amistades, así que decidí entrenarte para eso - ella desarrolló el látigo que llevaba en la muñeca y lo golpeó en sus manos - Irás tan despacio como yo te diga, si avanzad más de lo permitido te daré un castigo - Nie Mingjue, confundido y complacido, asintió con la cabeza - Empecemos.

Ella guió las manos de su novio al cierre del vestido en la parte de atrás, Nie Mingjue hizo el intento de desabrocharlo rápidamente, pero ella dio un pequeño golpe en su pecho con el látigo.

- Despacio, ya he dicho - Mingjue respiró profundo e hizo caso. Bajó el cierre y después dirigió sus manos a los tirantes del vestido, recibiendo otro golpe, esta vez en su brazo - No te he dicho que puedes bajarlo.

- A-Li, no puedes hacer esto - Nie Mingjue se acomodó en el sillón, dispuesto a cambiar de lugar con aquella dama sentada en sus piernas, pero recibió otro golpe, uno muy cerca del cuello.

- Dije que no - el ligero escozor se sintió bien en su piel - Ahora puedes quitarme los zapatos - Nie Mingjue sonrió con cierto recelo, era cierto que era impaciente, incluso trataba de trabajar en ello, pero eso no significaba que deseaba que su novia lo torturara de una manera tan sádica y placentera.

Nie Mingjue extendió sus manos hacia abajo, ya que las piernas de Jiang Yanli seguían a un costado de las suyas. Es así que su rostro, al agacharse, terminó cerca del pecho de Yanli, lo que terminó de enloquecerlo.

Esa maldita loción...

Nie Mingjue soltó la hebilla de uno de los tacones y entonces respiró profundo en el escote de Jiang Yanli, quien tenía aún el arma en sus manos. Su mirada se encontró con la de ella al levantarse una vez que quitó el zapato de la dama.

- Ni se te ocurra, Nie Mingjue - la tomó con fuerza de la cintura, sintiendo entre sus manos las costuras de lo que, probablemente, era algún conjunto de lencería - No lo tienes permitido aún -

- No te pediré permiso, Jiang Yanli - ella le apartó de un empujón y, con una sonrisa, le dio un golpe en las manos - Es todo, terminé con la poca paciencia que me has dado.

Nie Mingjue se puso de pie con Jiang Yanli entre sus brazos, para después colocarla sobre uno de sus hombros.

- Gracias por la lección, querida - le dijo, mientras golpeaba su trasero - He aprendido mucho, pero ya se acabó el tiempo de las lecciones - Jiang Yanli soltó una risa mientras su novio la llevaba a su habitación.

De todas formas, había aguantado mucho más tiempo que el que ella había pensado al principio.


Septiembre de Moda!!! Edición MDZS 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora