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—Buenos días, querido Chuuya—habló fuerte y gentil la doctora Kōyō.

Mientras ella y la Doctora Yosano terminaban por entrar para colocarse en el centro del recibidor, ambas con una mano en su cintura y porte firme. 

—¿Y dónde está el padre que padece de problemas para relacionarse con sus hijos?—buscó Akiko con la mirada.

—¡Yo no soy un mal padre!—salió Mori desde su escondite bajo la mesa, ganandose una risa discreta pero burlona por parte de Yosano.

—Ella no dijo eso—murmuró Chuuya.

—Sólo porque está en uniforme, pero sabes que en su idioma psicológico eso quiso decir—acusó el doctor Ōgai. 

—Pueden comportarse como unos profesionales, por favor, Akiko...—reprendió Ozaki.

—Lo siento, lo siento, y Mori sensei podría comportarse como un buen anfitrión pero tampoco espero mucho de él, Chuuya cariño, sostén mi bolso—Yosano dejó caer sobre los antebrazos extendidos de Nakahara su pesado maletín, haciendo que se doblarán para soportar el peso y soltando un pequeño bufido.

¿Cómo lo carga en la mano con tanta facilidad? pensó Chuuya.

Yosano caminó alrededor del comedor hasta el extremo de la mesa dónde se encontraba Osamu; lo tomó del mentón fuertemente para mirarlo fijamente al rostro, sacó una linterna de su bolsillo y examinó sus ojos, luego sin soltar su barbilla abrió su boca y examinó el interior de ésta con una paletilla de madera que sacó de su otro bolsillo, sacó de otro bolsillo una pequeña pinza y tras acariciar extrañamente los ondulados cabellos castaño arrancó uno para con una lupa que tambíen sacó de otro bolsillo analizarlo detalladamente. Finalmente, con una sola mano desabotonó su camisa un poco y sacó del interior de ella, en el área de su pecho una paleta de dulce, con sus dientes jaló el envoltorió y la puso en la boca de un Osamu que seguía en shock, Yosano rapidamente con una mano cerró la misma para que no se cayera el dulce y con la otra dió un par de palmaditas nada tiernas en su cabeza.

Ozaki rodó los ojos y suspiró como sino tuviera remedio.

Chuuya sonrió ante el recuerdo de como Yosano les enseñó en la universidad a examinar rapidamente el estado físico de los pacientes.

Mori tembló en su lugar. 

—Está bien—admitió con orgullo, en una pose satisfecha con ambas manos en la cintura.

—Está acosado—susurró Atsushi.

—Fue su experiencia más cercana con una mujer—bromeó Fyodor.

—¿También a los hermanos?—preguntó inocente Akiko, haciéndolos exaltarse.

 —Les presento a mis maestras y excompañeras de su padre, Ozaki Kōyō y... Yosano Akiko—señaló Chuuya.

—¿Un placer?—dijo Osamu con la paleta entre su mejilla, después la sacó y con ella fue señalando a cada persona de la habitación—mi hermano mayor Fyodor alias la rata rusa, mi hermanito menor Atsushi alias tigresito, Elise, el doctor Ōgai alias papá—Mori tocó su pecho con dolor como si hubiera sido apuñalado—y mi novio alias Chuuchu—después de señalar a Chuuya regresó la paleta a su boca. 

—¿Estás saliendo con tu paciente Chuuya?—preguntó Ozaki.

—¡Claro que no!—Osamu tocó su pecho con dolor como si hubiera sido apuñalado.

—Chuuya eso... eso me llegó hasta el alma—se lamentó Osamu y Chuuya lo miró con una ceja alzada. 

Akiko y Kōyō solo reían silenciosamente. Eran dos mujeres tan elegantes como inteligentes. 

¿Osamu or Dazai?•(Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora