Parte 1 Sin Título

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Un año atrás.

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No sé cuál de todos los sentidos, es que el prefiero mas. Tal vez si lo sé.

Me gusta el sabor, disfrutar una comida, o un buen vino.

Me gusta escuchar, sobre todo un buen par de canciones, cuando después de una larga jornada, por fin puedo acostarme. Quedarme dormido con los audífonos puestos, con la música a todo volumen y despertar sobresaltado, cuando el modo aleatorio me tira una canción de rock.

Aunque, no soy bueno para escuchar problemas ajenos, me aburro con facilidad. Mi madre dice que a veces, suelo ser un poco egocéntrico. Que me gusta hablar de mí. Y creo que tiene razón. Al menos un tiempo atrás la tenía. Ahora, soy un hombre solitario. No hablo con nadie y a nadie le confió, mi vida.

Volviendo al tema de los sentidos, el tacto es lo de menos. Si, aunque usted no lo crea, no poder sentir lo que se toca, me da igual.

El olfato es necesario. Pero no sé hasta qué punto.

El que más amo, es la vista. Aunque recién ahora, he podido entender que tan necesario es al menos en mi vida.

Algunos dicen, no sé quién, que cuando falta un sentido, los demás se agudizan. ¿De qué me sirve? Si no lo podre ver.

Creo que la vista, es el sentido que llega al alma. Es aquello que nos deja ver y dejar ver el interior. El mío, el del otro.

No solo eso, pienso que la belleza se canaliza a través de los ojos. Siento que miles de emociones viajan a través de una mirada.

He logrado entenderlas, y catalogarlas.

La que más me gusta, es la cómplice. La veo a diario en mis estudiantes. En ellos hay inocencia, y juventud. También amor, sobre todo eso.

Con solo ver, como ellos en el más completo de los silencios, se dicen tantas cosas con solo un par de ojos, me hace simplemente envidiarlos.

Miradas cómplices, inocentes, juveniles, amorosas y nerviosas...un combo extraordinario de la adolescencia. Un combo extraordinario de los amantes.

Un combo de sentires y emociones, que realmente anéelo volver a sentir.

Pero todo se desvanecerá tan pronto.

Ahora no tengo tiempo de buscar ese tipo de miradas. Ahora me estoy conformando con admirar el sol, el cielo azul y todas las estrella posibles.

Estoy tratando de crear en mi mente recuerdos potentes, que no me hagan extrañar esto.

Estoy tratando de creer que todo será igual el día que la luz se apague por completo.

Simplemente estoy tratando de disfrutar lo que nunca supe aprovechar.

El cursor de Word seguía latente esperando más palabras.

Aunque tal vez ya había terminado. Tal vez se había quedado sin expresiones, o sin ánimos.

Un par de ojos se clavo en esas palabras y las memorizo una por una.

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-¡Nee nee Sensei!

Hinata Sensei levanto la vista desde donde estaba y le costó encontrar el rostro de quien le llamaba. Hasta que un brazo en el aire le hizo ver la dirección.

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