Audición

17 0 0
                                    


No, no era un sueño, aquello que se escuchaba de forma tan clara, era la respiración de Tobio, bajo su abrazo.

Pero, no es como si fuera la primera vez que eso pasaba. Había escuchado varias noches aquel sonido tranquilo y por demás relajante, pero esta vez era especial.

Tobio dormía así, después de una dura sesión de sexo en su comedor. Y por primera vez, estaba durmiendo en su cama.

Oh, claro que se moría por hacerle el amor. Pero es que, Tobio, con esa inocencia y algo de picardía, sacaban tal vez, no solo todo el amor del mundo, sino su parte más pervertida.

Desde aquel día, donde se entero que el niño de sus ojos, había violado su intimidad, quería castigarle. Si, de una forma que poco usarían, pero efectiva al fin.

Aunque al principio el miedo de echarlo a perder, le comía la cabeza, ahora ya no le importaba, porque el mismo Tobio, había accedido a complacer sus más bajos instintos.

Obviamente que Sensei no logro dormir, es que ¿Quién lo haría con tanta adrenalina encima? Tampoco quería levantarse, no quería despegarse de aquello que parecía tan irreal y que solo se confirmaba cuando sus dedos se hundían en la blanca piel de Tobio, blanca, joven, bellas y frágiles.

A pesar de que tal vez Tobio tuviese entrenamiento diario, él también lo había tenido una vez, y con su edad tenía un poco o tal vez mucha más fuerza que su alumno. Solo era un poco más bajo, solo eso. Pero no le impedía ser quien tuviese más autoridad, ser tal vez el que ganase con la seguridad, pero solo un poco, en casos así...cualquiera de los dos era frágil ante la imponencia de los sentimientos.

Hinata se sentía feliz, por el hecho de que Tobio quería algunas cosas con él, por ejemplo no pasar solo tiempo, compartir cosas y vivencias, compartir la cama e incluso tener sexo, a pesar de su miedo, a pesar de lo que pensaban sus padres.

Tobio no le había podido decir que lo quería, pero, a él no le interesaban esas cosas, a él le interesaba más bien los sentires que su alumno demostraba, el interés y afán por él. Querer estar juntos, enseñarle cosas tan banales pero tan significativas para él. Incluso enfrentar sus miedos e imponerse como compañero ante la inminente compañía que Hinata iba a buscar en otra persona. Darle todo y mucho mas. No, Sensei no necesitaba oír el amor, si lo sentía a cada instante.

Si Tobio, no lo quisiera no hubiese compartido tantos días junto a él, no le hubiese escuchado, siquiera comprendido, no se hubiese detenido a enseñarle cosas básicas, como a usar el resto de los sentidos que parecía haber olvidado. Siquiera hubiese perdido tiempo en cocinarle.

Sensei tenía la teoría que cuando alguien hace tantas cosas por alguien, y con total desinterés, es que no había otra cosa que amor y empatía.

Tobio había implementado mucho tiempo en él, y de solo pensarlo, se sentía rebosante, no necesitaba más. Hasta se había olvidado del oscuro futuro.

Solo quería eso, dormir con Tobio. Dormir abrazado a él y que el mundo se caiga a pedazos. Solo quería ser feliz.

...

Sensei logró dormirse tal vez una hora antes de que suene el despertador.

Tobio lo animo a levantarse con un beso y ambos se quedaron un momento reconociéndose.

-Dormiste toda la noche.

-Lo siento... Me sentía muy cansado.

-¿Te gustó?

-Si, mucho. ¿volveremos...

-¿Tu quieres?

-Si.

Hinata se sentó en la cama para besarle. - Ahora, debo ir a dar la primera clase. Espérame aquí

Mejor AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora