¿Qué si siempre fui tan egocéntrico como mi madre decía?
No lo sé. Tampoco sé si eso es cierto.
Creo que al fin y al cabo si uno tiene la capacidad de enamorarse no podría ser así de egoísta. Porque el amor no es eso. Es seguramente todo lo contrario.
Aunque tampoco sabía si eso era amor. ¿Quién podría saberlo realmente? Creo que cada quien ve su perspectiva de eso.
Tobio despertaba lo mejor de mí, incluso cosas que no conocía como la vitalidad que sentía en ese momento. Tan tristemente tardío.
Es y será como esos padres que les muestran el mundo a sus hijos. Y la mayoría de las primeras veces fue con él, a la edad de 30 años descubrí cosas asombrosas.
Y después de todo eso, recibía caricias, besos, abrazos e infinidad de lo que yo llamaba amor palpable, que lograba colarse en mi alma y arrullara hasta calmarla y dormirse.
Y de mi parte había dado lo mejor de mí. De hacerle sentir el ser más importante sobra esta vida, el amor de mi vida. Era todo aquello que tenía el poder de armarme o destruirme en segundos. Y esta vez era el amor real. El indicado. Y tenía tanto miedo de arruinarlo. De ser ese ser horrible que decía mi madre. De alejarlo de mí y perderme todo aquellas cosas tan lindas que el a su manera me regalaba día a día.
Por eso decidí dejarlo yo. Ser fuerte a mi modo.
Lo pensé. Son muy pocas la veces que suelo ser impulsivo. Pero esta no fue una de esas veces.
Tobio debía salir de mi vida. Debía salvarle de lo que se venía.
Es que era tan joven, porque tendría que cargar conmigo solo porque nos complementábamos de esa manera.
Y mas allá de todo el amor que se tenía, no quería caer en el egoísmo de tenerlo conmigo bajo esas condiciones. No me lo perdonaría jamás.
Yo había tenido 17, había disfrutado mi vida. Había hecho tantas cosas sin saber que algún día se acabarían tan de repente.
Y no podía hacerle eso, claramente no. No me lo permitirá yo, ni se lo permitiría a él.
Debía disfrutar sus últimos pasos en la adolescencia, conocer todo el mundo que pudiera, avanzar en sus deportes, enamorarse una y mil veces, estudiar, formar una familia, disfrutar de sus hijos, trabajar de lo que amase y envejecer junto a la persona que había elegido para eso.
Tenía por delante toda una vida plena. No lo dejaría arruinar toda su existencia por el capricho de que en ese momento no había nadie más alrededor de nosotros.
...
Tobio se durmió después de enojarse, aunque no lo estaba, solo era tristeza. Las despedidas nunca son furiosas. Solo son sombrías.
Me gustaba hacerlo dormir, mientras acariciaba su pelo, la suave tela de su ropa de dormir, calentó mi cuerpo.
Ya había empezado hacer frio.
Eran tal vez cerca de las 4 de la mañana. No tenía prisa para dormir, no tenía que hacer nada temprano.
Así que dejándole descansar sus últimas horas de sueño, me levante.
Y antes de perderme en la terrible adicción de poder volcar mis sentimientos sobre una hoja oscura de Word, guarde todas las cosas de él.
Ya no tenía que volver.
Doble su ropa y pertenencias dentro de una mochila grande.
Sus libros y demás en su bolsón escolar.
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Mejor Ahora
FanfictionEste fic, lo escribi hace años, entre el 2018 y 2019, lo tenia olvidado en FFNET, y lo queria compartir con ustedes aca, Es ua KageHina , es decir sobre Haikyuu