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Ruedo en mi cama adormilado, tengo mucha pereza levantarme y más ahora que estoy desempleado me pasa mucho cuando sé que no tengo que levantarme temprano al día siguiente.

No me arrepiento de haber pasado toda la noche, despierto junto a mi novio, escuchar a Andrew, pedir por más es la mejor melodía para mis oídos.

—Amor —llamo— ¿amor? 

Me levanto extrañado en busca de mi novio, veo la hora en mi celular por si acaso sea ya muy tarde, pero no lo es según entiendo, él tiene día libre hoy.

Camino hasta la cocina directo a la nevera, sé que ahí estará la explicación de por qué mi adorado y sexi novio no está desnudo en mi cama a las siete de la mañana. 

La luz del sol sé cola por la ventana y lo odio por lo lindo que se ve, me gusta despertar con los besos de mi novio, simplemente me amargo el despertar. Agarro el papel pegado con el imán de piña en la refrigeradora.

Lo siento amor, recibí una llamada de emergencia del hospital, prometo recompensártelo esta noche.

—Claro que me lo recompensaras.

Arrugo el papel, ahora me toca hacer mi desayuno y eso no pasará, camino a cambiarme para salir en busca de un buen café, sino no podre sobrevivir este día.

Aunque no vaya a trabajar igual, me visto de traje, no es que no tenga más ropa, solo me gusta sentirme importante cuando entro a los lugares con muchas personas.

Al llegar a la cafetería pido mi café latte y una dona tenía tiempo que no me relajaba así, había tenido meses de preocupación cuando supe de las negociaciones de la empresa con la multinacional me esforcé tanto en ese trabajo que hasta me quedaba horas extras, pero todo fue inútil igual me despidieron.

Mientras pagaba lo que había consumido mi celular comenzó a sonar, extrañado vi el número desconocido no lo reconocía de ninguna parte igual podría ser una emergencia así que conteste un poco desconfiado.

¿Hola?

Con el señor Mark Pierce.

Si con el habla.

Buenos días, señor Pierce le habla Bárbara Nicols gerente de recursos humanos de industrias Lewis. Disculpe si lo interrumpo el señor Carrión me facilito su curriculum...

¿Por qué mi ex jefe hizo eso? —la interrumpo.

Sé que a ese hombre no le agradaba apenas y me hablaba, ni siquiera me despidió el sino su asistente.

Oh, disculpe, el señor, me lo facilito hace algunos días, pero no teníamos bacantes y justo ayer se abrió uno.

Cada vez entendía menos, entonces mi ex jefe se encargó de buscarme un nuevo trabajo.

Entiendo —digo, esto me ahorra mucho tiempo en búsqueda— y de que sería la bacante.

Verá, señor Pierce por el momento tenemos el puesto de asistente personal de presidencia.

Esto no me convencía mucho.

He visto todo su trabajo y la carta de recomendación de su antiguo empleador es impecable. Por esa razón lo llamamos nuestro presidente, es un a persona muy perfeccionista y sé que alguien con su perfil estaría magnífico para el puesto, obviamente tendrá algunos beneficios y un sueldo mucho mayor que su antigua trabajo.

¿Por qué me está diciendo esto por llamada y no en una cita en persona?

Escucho como la mujer suspira, algo me dice que hay una trampa aquí.

El sueño de MarkWhere stories live. Discover now