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Mark

Se supone que los amigos no toman un bando cuando la pareja del grupo termina, al menos eso pensé, pero como hace poco a pasado volví a equivocarme. El mismo sentimiento de traición, regreso a mi pecho cuando vi las fotos que habían subido mis supuestos amigos con Andrew y su prometida.

Sonriendo a la feliz pareja, me sentí tan solo en este momento. Recordé todos los momentos que pasamos juntos.

Noches de película en mi departamento, viajes de escape cuando alguno se sentía mal para subirle el ánimo o simplemente estar al lado de esos tres traidores cuando se enfermaban.

Me sentí fatal ver a Valéry agarrada del brazo de la futura novia, fue como una daga incrustándose a mi pecho a cada segundo que veía esa foto. No lo sé, lo pensé de los otros dos, a veces tenía peleas con Paul, pero nos arreglábamos a los cinco minutos y con Mateo no era distinto con la diferencia que él era más callado.

Amigos, al parecer soy malo al elegirlos. Toda mi vida he dicho que no debía guardar rencor porque eso no me llevaría a ningún lado, pero acá estoy deseando que reciban el doble de daño que me hicieron.

—No deberías estar aquí.

La voz de mi ex cuñada me sobresalta, está con un vestido que la diferencia de las demás damas de honor. Por un momento me asusté, al pensar que ella sabía algo, pero ya no me importa.

—Lo sé, soy masoquista —sonrió—, como podía rechazar si tu nueva cuñada me la fue a entregar ella.

—No me entiendes, esto no debía ser así —se encontraba contrariada.

Se sentó a mi lado, no sé cómo me vio atrás de este muro que me cubre de la vista de todos.

—¿Tú lo sabías? —eso si me sorprendió, pensé que habíamos sido más cuidadosos con su familia.

—Claro que si, hasta un ciego, podría ver las miradas que se lanzaban. Se notaba su amor.

—Entonces, ¿por qué me enviabas esos mensajes?

—No quería que mi hermano te mintiera más, incluso pensé que enfrentaría a nuestros padres diciéndole de su relación —se aclara la garganta—, fue mi culpa que la boda se adelantara, yo le hable a mis padres sobre el acuerdo que habían hecho con el reverendo y una de sus hijas. Incluso mi hermano se iba a casar con la mayor, pero ella murió de una rara enfermedad.

No le respondí, esta información nueva, eran tan... no sabría como describir lo que estoy sintiendo.

—Te juro que supuse que se negaría a la boda y cuando te vimos en el restaurante pensé, qué bueno, ahora si dirá la verdad. No espere que mi hermano sea un cobarde de mierda.

—Ni yo —seco una lágrima que rueda por mi mejilla—. Al ver a todos los invitados aquí me hace dar cuenta que el único ciego en este tiempo era yo.

Sus cachetes se sonrojan por la vergüenza, no puedo reclamarle algo a ella, no era su deber contarme todo esto.

—Ellos llegaron un día, le pidieron una explicación. Andrew les dijo que ustedes habían terminado y que se casaría, no hizo falta decir más, lo felicitaron y se hicieron amigos de Tiffany.

Ahora entiendo que ellos no eran mis amigos, yo solo era el novio de su amigo y nada más.

—No te preocupes gracias a esto, sé, que no debo confiar tan rápido en las personas —me escondo mejor—. Por mucho tiempo pensé sería diferente que Andrew y yo estaríamos ahí parados jurando para la eternidad, nuestro amor. En fin, la vida no es como la soñamos, ahora, será mejor que vayas, ya va a comenzar la ceremonia.

El sueño de MarkWhere stories live. Discover now