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Movía mi cuerpo de arriba hacia abajo de manera frenética, el sudor rodaba por mi rostro, mis piernas estaban adoloridas, pero la satisfacción que siento no la cambiaria por nada, aunque mañana no podre caminar bien.

Andrew dijo que comprar la elíptica era un gasto innecesario, ahora le demostraré que se equivoca, no puede quejarse por qué está, en la que se supone que es mi habitación.

En un frenesí violento movía mis piernas, quería sacar toda la frustración que cargaba mi cuerpo.

Era lo único que podía hacer, no podía conducir hasta los suburbios y gritarle a la familia de Andrew por presentarle a una chica en la que ellos creen que sería la indicada para su hijo.

Lo que ellos no saben es que soy yo el indicado para su hijo, para ellos solo soy el compañero de apartamento de su hijo, si supieran que su hijo gime mi nombre todas las noches implorando por más.

Odio que ellos no sepan que a su hijo le gustan también las pollas, pero el miedo de Andrew es más grande, teme ser rechazado por su familia sin saber que cada vez que me niega rompe mi corazón.

El cabello se pega en mi rostro por el sudor, olvide recogerlo, siempre lo hago. Un día la madre de Andrew nos visitó, casi nos descubre asiéndolo en el sofá, me hubiera gustado que lo hiciera, así al fin acabaría con la falsa hetero de mi novio, pero no lo hizo.

Lo que si es que en susurros ella le dijo a su hijo que parecía mujer con el cabello largo y así ninguna chica me tomaría en serio, me dolió que él ni siquiera me defendiera, por eso después solo supo decirme que no le hiciera caso a su madre por qué es super religiosa.

Odio que hasta a mí me meta en el closet cuando su familia está a nuestro alrededor, desde que me declare en frente de mis padres he sido libre, pero es mi culpa al enamorarme de mi mejor amigo.

A veces me pregunto que hubiera pasado si en la fiesta de graduación Minni Toisón no utilizara a Andrew como tapadera para escaparse con su novio cinco años mayor que ella. O que no me hubiera emborrachado al punto de confesarle mi amor a Andrew y que él me besara porque le pareció linda mi confesión.

Tal vez todo fuera diferente y aunque así fuera, seguiría enamorado a escondidas de él, sufriendo, pero no fue así.

Seis años desde que logré enamorar a mi mejor amigo a mediados del primer año de universidad, todos nuestros amigos saben de nuestra relación, incluso mis padres, seis años en los que no había perdido las esperanzas que me presente como pareja ante los suyos.

Esta noche cambio todo, según lo que me contó Karina le presentarían a una chica con las esperanzas que salieran, ya que es una chica de la misma iglesia a la que asisten ellos. Sé que la hermana de Andrew me lo dijo como un chisme pensando que me alegraría por "mi amigo", logre entender que mi novio jamás les dirá de nuestra relación, porque él sabía a lo que iba a esa cena.

Un dolor punzante en mi pierna derecha me saca de mi ensoñación, apago la máquina, bajo de ella despacio para no lastimarme, tomo una toalla para secar el sudor de mi rostro, agarro la botella de agua de la máquina antes de olvidarme por qué lo hago siempre. 

Cuando voy a dar otro paso mis piernas comienzan a temblar ocasionando que me sostenga de la máquina para no caer, creo que me excedí un poco. Tomo un tiempo para recuperar la fuerza para poder caminar bien sin tener que aterrizar al piso.

Quito la ropa de mi cuerpo para meterme en la ducha, salto al sentir las primeras gotas heladas, aunque un poco tortuoso es lo mejor para mi cuerpo.

Paso el gel en mi cuerpo mientras trato de despejar mi mente, no quiero que la ira me vuelva a ganar y termine llorando decepcionado de Andrew. Respiro hondo para tranquilizarme, no dejaré que las lágrimas me ganen.

El sueño de MarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora