Sybila se encuentra acostada sobre las piernas de su madre, sus mirada estaba pérdida, no era difícil deducir que algo pasaba por su cabeza en aquel instante.
- ¿Quieres hablarlo? - dijo Inés acariciando su cabeza.
- mamá - se levanta devolviéndole la mirada. - ¿Crees que soy sificiente?
- pero...¿a que se debe esa pregutanta? - dijo sorprendida. - eres la mas bella que habita esta tierra. - sosteniendo su quijada.
-Creo que Guido me engaña. - expresó triste. - o quizá exagero y me hago ideas que no son. - compartió negándose a si misma aquel pensamiento.
-¿Quien podría? No se atrevería, no hay mujer que pueda opacarte. El sabe que no le conviene, ¿quieres que hable con él?
- No, déjalo, olvida que te dije eso. - compartió una sonrisa fingida, la cual por debajo se hacia notar su inquietud.
Inés se levanta y la toma delicadamente por los brazos.
-Tu puedes decidir lo que desees, sobre su vida si asi lo quieres, no interferiré en tu matrimonio.
-Majestades, - toca una sirvienta a la puerta.
-Adelante. - respondió Inés.
-Es mejor que vengan.
Al salir de la habitación y salir del pasillo hacia las barracas notaron a la gente inquieta y a otras murmurando cosas.
-¿Que sucede? - exclamó impactada Sibila.
Nathaniel quien se encontraba calmando la situación, no evitó fijarse en Inés. Sus ojos se vislumbraron a ver a una mujer de tal impotencia.
-Majestad. - exclamó acercándose hacia ellas.
-Habla Nathaniel, ¿que es esto?
-Uno de los soldados posiblemente involucrado en la desaparición de su sobrina se quitó la vida.
-¿Como? ¿Sayeste? ¿Que tiene que ver mi sobrina? ¿Donde está?
-Eso creo que se lo explicará el rey, por ahora no tengo mas información ni el permiso.
Inés y Sibila aun no comprendían la situación.
-Mejor regresen a sus habitaciones.
Inés sin mostrar ninguna emoción hacia aquel soldado de pelo blanquecino, tomó la falda de su vestido y se retiró junto a su hija, quedando Nathaniel pasmado en ella y su belleza.
EN EGIPTO
El sultán herraba una espada, cada golpe contenía mas fuerza. El sudor se deslizaba sobre su cuerpo fornido y pequeñas gotas caían de su cabello negro.
-Mi lord - exclama Imad preocupado. -¿acaso piensa declarar una guerra?
El sultán sesa, y con su brazo limpia el sudor de su frente
- Escribiré un mensaje, diles que lo lleven a Jerusalén. - dijo con misterio.
El sultán imaginaba a Sayeste, aquellos ojos, aquel aroma...Entonces llegó a el el recuerdo.
TIKRIT, MESOSPOTAMIA 1147
Salahadin tenía diecisiete años, veía a su padre Ismail, combatir con su oponente. Lo había de una manera tan brusca que el odio se veía en sus ojos. Comenzaba a susuzar mientras cambatía, no se entendía muy bien a excepción de la palabra "cristiano"
Ya estando el oponente en el suelo sin poder a mas, Ismail pone sus ojos en su hijo.- Salahadin, ven a aquí. - lo llama a él.
Salahadin se levanta con recelo y obediente.
- ¿padre?
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LIMERENCIA
Fanfiction- ¿Ha muerto? - Murmuran los sirvientes. Un silencio abrumador consume la sala, las paredes parecen callar cada pasillo, copas de oro vacías sobre la mesa para sacear la banidad, un trozo de tela bañado en sangre sobre una bandeja de plata junto a m...