4.
— Va a sobrevivir, nosotros nos encargaremos de eso. —lo corta separándose del abrazo para poder mirarlo a los ojos—. Es lo que hemos hecho desde que esta mierda comenzó, ¿no?, cuidarnos, salvarnos el culo, salir de cualquier problema... juntos, siempre juntos.
— Tienes razón. —Changbin suspira asintiendo, Minho le limpia las lágrimas—. Vamos a conseguir lo necesario para curarlo, él va a estar bien.
— Claro que sí. —sonríe Minho—. Ahora, limpiemos la herida.
— Sí, ¿encontraste algo?
— Solo una venda. —dice alzando el paquete aun sellado—. Estaba tirado bajo el mueble del baño, quien quiera que saqueo el lugar, debió tirarlo sin notarlo.
— Bien, veré si puedo econtrar algo de agua y algún tipo de jabón.
— Sí, en el baño hay una cazuela de buen tamaño, y aparentemente en la ciudad aún hay agua corriente. Jabón no vi por ningún lado.
— Bien, entonces traeré el agua.
Minho asiente, ambos se levantan del suelo, Minho saca la ropa que sigue en los cajones, esta era la habitación de un matrimonio, había ropa de adulto, quizá algo les podría quedar. Saca blusas de seda, la mujer que vivía en la casa parecía tener buen gusto, casi se sentía mal por usar su ropa para limpiar la herida de Felix, pero la ropa en los cajones era lo más limpio que podían usar.
Cuando Changbin vuelve con el agua, Minho ya está quitando exceso de sangre de la herida y ya le quitó los pantalones a Felix.
— ¿Cómo la ves?
— Está grande. —susurra y se pasa los dedos entre el cabello—. Me temo que puede requerir puntos.
— ¿T-tú sabes suturar?
— No. —Minho traga saliva, mira al menor a los ojos—. Pero tenemos que hacerlo, espero que en la farmacia encontremos lo necesario.
Entonces ambos se dedican a limpiar lo mejor posible la herida, Felix deja salir suaves quejidos entre lapsos de inconciencia, pronto lo vendan y limpian el sudor de su pecho y rostro.
— Listo. —susurra Minho—. Vamos.
— Deja lo tapo con la sabana.
— Déjalo destapado, está comenzando con algo de temperatura, es mejor que le dé el fresco. —se acerca a la ventana y la abre un poquito.
— De acuerdo. —asiente, salen de la habitación cerrando la puerta—. Hyung, ¿tienes idea de dónde puede estar la farmacia?
— Pues... —Minho suspira palmeando el hombro de Changbin—, me imagino que debe estar en el centro, y creo que podemos encontrarla antes del anochecer, no es una ciudad grande y como dijiste, parece desolada.