5.
— Bien, aléjate de la caja registradora. —Chan dice, Minho obedece—. Jisung, asegúrate de que Changbin se fue.
—Se fue, estoy seguro. —murmura Minho. Jisung le mira unos segundos antes de mirar a Chan y darle un asentimiento. Rodea a Minho y sale de la farmacia, ve a Changbin caminar al final de la calle, el más bajo gira continuamente su rostro hacia atrás, hasta que se encuentra con la mirada de Jisung, se detiene, y ambos se quedan mirándose a los ojos unos segundos, Changbin traga saliva y da un asentimiento a Jisung, él responde del mismo modo, una pequeña sonrisa en sus labios, intentando darle un poco de confianza. Changbin aprieta una sonrisa nerviosa antes de seguir su camino.
Jisung traga saliva, mentiría si dijera que la erupción de desesperación por parte de Changbin no le afectó, parecían buenas personas y solo querían cuidarse entre ellos, no les importó poner sus vidas en riesgo para intentar salvar a su amigo, ese lazo, esa lealtad y ese cariño, él lo entendía.
— ¿Qué tramas, Lee Minho? —pregunta Chan, ladeando su cabeza, su cabello rubio cayendo sobre su ojo derecho.
— Salvar a mi amigo, Bin tiene razón, Felix no pasará la noche si no tratamos su herida. —le mira a los ojos—. Por favor Bang Chan.
— Eso me lo has dicho ya un...
— Estoy aquí, frente a ti, solo, desarmado... —Minho frunce el ceño con desesperación—, no represento ningún peligro para ti ni para tu chico, él puede poner su machete contra mi cuello mientras tú sacas lo que necesito, después de eso, ustedes se van, y te prometo que esperaré unos minutos antes de volver con mis amigos.
— ¿Sabes que te estás poniendo en una situación realmente peligrosa?
— Lo sé. —asiente—. Pero dijiste que podía confiar en tu palabra, y en estos tiempos eso es lo único que tenemos, nuestra palabra. —Chan suspira afianzando su hacha en su tahalí, saca su cuchillo de caza, el cual era bastante más grande que el que tenía Minho—. Dijiste que querías ayudarnos, y, en verdad necesitamos tu ayuda.
Jisung entra antes de que Chan pueda responder.
— Se fue. —dice asintiendo.
— De acuerdo, detrás de mí, Hannie. —Chan responde, Jisung lo obedece—. Lo que dices es cierto, Minho, lo único que nos queda es nuestra palabra, y confiaré en la tuya también.
— Gracias. —Minho jadea aliviado.
Chan deja su mochila en el suelo y camina hasta Minho, toma sus muñecas con una mano y las pone a la altura de su pecho, su mano con el cuchillo lo rodea para presionar la punta de su cuchillo en la nuca del más bajo. Minho se estremece al sentir el filo contra su piel.
— No tengas miedo. —susurra, sus ojos casi negros fijándose sobre los de color caramelo. Minho asiente suavemente—. Ji, saca lo que necesiten para su amigo.