Geralt de Rivia - Jaskier
•
2. "Sólo nos queda una cama"—Sólo nos queda una cama. —había dicho la chica que dirige la posada donde estaban.
La tomaron, obviamente, porque ninguno quería seguir caminando en medio de la inesperada lluvia que había caído, sería inaudito. Además, Jaskier no era tan fuerte como él o Roach, así que era más que seguro que se enfermaría. Y un bardo enfermo era un bardo que no podía cantar, lo que les haría perder un gran ingreso de monedas. No estaban en posición para permitirse aquello.
Por lo tanto, incluso una cama venía más que bien para sus bolsillos, habían dormido en el bosque, sobre la frialdad de la tierra o la dureza de las raíces de un árbol enorme; uno al lado del otro sin ningún problema.
Sin embargo, Geralt estaba teniendo uno en ese momento. No imaginó que dormir en la misma cama (que era enorme) podría causar algún inconveniente entre ellos. A Jaskier no pareció molestarle compartir, ni siquiera incómodo, se había dormido primero luego de bañarse. En ese momento se encontraba roncando, tan profundamente dormido que ni la tormenta afuera podía despertarlo.
En cambio, De Rivia no podía dormir. Estaba pasando algo extraño con él. Llevaba meses viajando con Jaskier, conocía su característico olor a flores, alcohol y perfume (el cual le hacía cosquillas siempre en la nariz) sin embargo, tan cerca (literalmente pegado a su lado; su brazo rozaba la espalda del bardo), estaba consiguiendo atrapar un nuevo olor, algo que le causaba una extraña sensación en el pecho.
En ese momento Jaskier no llevaba perfume, ni siquiera tenía el característico olor de las flores con las que se bañaba (nada de tierra o sudor) sólo él; su aroma natural, el que le pertenecía de nacimiento. Es inaudito, nunca lo había olido antes. En todo ese tiempo que estuvo al lado del bardo, era en ese momento durmiendo uno al lado del otro en la misma cama, que lo notaba.
Era tan agradable, completamente diferente a esos perfumes horribles que se colocaba. Tan sutil que Geralt debía concentrarse en su poder olfativo para atrapar la fragancia. Y era tan Jaskier; chispeante, pero tenue, dulce pero terroso a mismo tiempo. Delicado y aún así llamativo.
Algo en el pecho del brujo se remueve, una sensación tan extraña que le hace querer pensar en acercarse al bardo, olerlo aún más de cerca. Piensa que sería demasiado raro si Jaskier le encontrara haciéndolo, pero está tan cansado que posiblemente no se despierte hasta mañana por la tarde.
Aún así, Geralt se resiste a esa estúpida sensación que le hace cosquillas detrás del cuello. Quieres acercarse, pero se niega a ceder. Pero entonces Jaskier se mueve en la cama, le asusta, pero sólo se gira dormido. Ahora su rostro está a la vista del gran lobo blanco, apacible, delicado; a Geralt siempre le desconcertó que sus rasgos fueran tan suaves y hermosos. Incluso llegó a pensar que podría ser alguna clase de hada, pero luego su canto le recordaba que era humano.
—...manzanas... —el bardo murmura entre sueños. —...Roach... —hace reír a Geralt.
—Las conseguiremos en la mañana. —De Rivia le susurra acercándose, lo que es un error. El aroma de Jaskier es más fuerte de cerca, le guía a su pálido cuello. Geralt quiere enterrar su nariz allí, llenarse del olor.
—Gracias... Geralt. —Jaskier balbucea dormido, haciendo que el brujo sonría y se aleje.
—Duerme bien. —no piensa ceder, no quiere hacer algo que incomodara a Jaskier. Menos si está dormido.
Girando en la cama, le da la espalda al bardo.
[...]
—Geralt... —Jaskier llama aún un poco desorientado por el sueño. —Geralt... —pero ha despertado recientemente, encontrándose en una situación un tanto... confusa.
No pensó que dormir en la misma cama con Geralt, le metería en tal situación. Cuando la chica mencionó que sólo les quedaba una cama, inmediatamente la tomó. Ya había dormido con Geralt, si compartir un extremo de la fogata era "dormir juntos". Pero nunca de aquella manera. Era divertido descubrir que el gran carnicero de Blaviken era un hombre que le gustaba abrazar en la cama.
Cuando abrió los ojos, lo primero que sintió fueron unos fuertes brazos rodearlo; su espalda contra un pecho cálido, una respiración que le hace cosquillas en el cuello. Incluso sus piernas se habían enredado en algún momento de la noche.
—Geralt, por favor despierta, tengo hambre. —Jaskier se queja escuchando su estómago rugir. Como había estado tan cansado la noche anterior, fue directo a dormir sin comer.
Geralt comienza a despertar al sentir movimiento entre sus brazos, tomando un largo y profundo respiro de la piel contra su nariz. Se siente satisfecho luego de eso.
Entonces, la risa del bardo le congela.
—Lo siento, me hizo cosquillas. —se disculpa. —¿Has despertado? Vamos a desayunar, muero de hambre. —palmea los brazos del brujo, quien lentamente le suelta. Actúa como si el bardo fuera una clase de amenaza, viéndole atentamente mientras esté se levanta de la cama y se arregla para salir de la habitación. Espera alguna queja, alguna burla o ataque, pero Jaskier simplemente le sonríe y le dice que se adelantará; como si dormir de esa manera fuera normal entre ellos.
Cuando la puerta se cierra, Geralt se queja avergonzado, cubriéndose con la cobija. Estaba completamente loco.
Por otro lado, fuera de la habitación, Jaskier irradiaba felicidad.