Ojo de Tigre - Ojo de Pez
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7. Enemys to lovers.( relación establecida )
Ojo de Tigre y Ojo de Pez tienen una relación bastante única. Ojo de Águila aún no entiende y se pregunta, cómo pasaron de ser los peores enemigos siempre discutiendo, a amantes bastante cariñosos que discuten por tonterias.
Sinceramente, lo único que había cambiado era que ahora se la pasaban abrazándose en todos lados, además de besarse con una regularidad desesperante.
—¿¡Qué hacías allí!? —Ojo de Tigre entra gritando sin sentido detrás de Ojo de Pez. Ojo de Águila está sentado en el bar, bebiendo mientras presta atención a la nueva discusión que se arma entre esos dos.
—Sólo fui a llevarte una simple foto. —Ojo de Pez se sienta en su asiento habitual, seguido por Ojo de Tigre. —Deberías ser menos descuidado. —dice tomando el trago que se sirve solo sobre la barra. Habla con simpleza, como si no le interesara que Ojo de Tigre estuviera tan aparentemente molestó con él.
—¡No seas mentiroso! —Ojo de Tigre golpea la barra con un puño. —¡Sólo estabas jugando con esos tontos humanos!
—¿Y qué tiene de malo que yo también me divierta un poco? —Ojo de Pez alza un poco la voz, comenzaba a molestarse por la actitud del rubio.
—¡Estabas coqueteando con un chico! —señala furioso. —¡Se supone que estamos saliendo! ¡Respétame!
—¡No digas tonterias! —Ojo de Pez se levanta golpeando la barra también con un puño, pero está vez la acción si hace que Ojo de Águila se asuste derramando un poco de su bebida. Cuando Ojo de Tigre se molestaba era un chiste, pero cuando Ojo de Pez lo hacía, era aterrador.
Ojo de Tigre se encoge en el asiento cuando es apuntado con una de las filosas uñas de Ojo de Pez.
—Tu eras quien estaba bailando con todas esas niñas bobas con una enorme sonrisa. —se había sentido tan irritado de ver a Ojo de Tigre disfrutar toda esa tontería que se le había ocurrido sobre salir con todas las chicas.
—Pe- pero Ojo de Pez. —alza sus manos para calmar la situación. —Cariño. —intenta ser dulce, pero no funciona cuando el peliazul le mira aún más agresivamente. —Es nuestro trabajo conseguir al pegaso buscando en los sueños de todas esas señoritas.
—¡Pero no tenías que salir con todas ellas a la vez! —Ojo de Pez intenta golpear al rubio de su novio, pero este le esquivo cayéndose de la silla. Realmente no entendía cómo le había gustado alguien como Ojo de Tigre, era tan frustrante. Simplemente un día, sus sentimientos de desprecio por su personalidad, se volvieron menos intensos. Aquella misión en busca del pegaso les estaba cambiando a los tres aunque no quisieran admitirlo. —Mucho menos verte tan feliz, imbécil. —se había sentido tan celoso. Ojo de Tigre era un imbécil mimado e infantil cuando está con él, pero se mostraba tan amable y caballeroso con esas niñas tontas. Era irritante, él también quería una parte de esa ilusión que mostraba. —Además... —baja la voz mientras destensa sus hombros. —Por estar rodeado de todas esas molestas chicas, ni siquiera pudimos disfrutar un baile antes de terminar con el trabajo. —debía admitir que llevarle la foto que había dejado atrás, sólo era una excusa para ir con él a la misión y quizás aprovechar un poco la situación del escenario donde estarían.
Levantándose con ayuda de la silla, el rubio mira a Ojo de Pez intentando comprenderlo, hasta que se da cuenta de los sentimientos de este.
—Eres un tonto, Ojo de Pez. —Ojo de Tigre acomoda su cabello detrás de él. —Si querías bailar, sólo debiste pedirlo. —suspira como si todo aquello fuera una gran tontería (que lo era) —Hubiera apartado a todas esas chicas por ti.
Menos molesto, Ojo de Pez le da una media mirada a Ojo de Tigre, quien asiente mientras llega a su lado y toma sus manos para que le vea por completo.
—Por supuesto. —asegura. —Además, ninguna de esas niñas aburridas me gusta.—sabe que para ganarse el agrado de Ojo de Pez, sólo debe decirle lo importante que es para él. —Vamos, no estés molesto conmigo. —pide en un tono un tanto infantil que hace suspirar al peliazul.
—Está bien. —acepta con una sonrisa. —Pero sólo con una condición.
—¿Cuál?
—Dame un beso.
Y ambos chicos se besan, haciendo que Ojo de Águila aparte la mirada, volviendo a concentrarse en su bebida. Bueno, estaba feliz por ellos, pero a veces extrañaba cuando no estaban besandose como estúpidos haciéndolo sentir incómodo.