| | C A P Í T U L O . 9 | |

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Durante los meses recientes, Tanjiro se había dado cuenta de que Senjuro estaba extraño.

No eran sus comportamientos, pues seguía siendo el mismo muchachito estudioso y dedicado, aunque sin dejar de ser atento con él, su ausencia constante por la escuela ya no le pesaba tanto como el primer mes del nuevo semestre, al contrario, le hacía atesorar mucho más el tiempo que pasaban juntos.

Pero su aguda naricita le permitió percatarse del constante olor a inquietud que su niño emanaba.

Hacía lo mejor que podía para mantenerlo tranquilo, estando más cariñoso de lo usual y esperando con toda la paciencia posible para que su humano le comentase que era lo que lo tenía tan preocupado.

Pero el tiempo seguía pasando y Senjuro no decía nada.

—¿no sería más fácil que simplemente le preguntaras qué le pasa? —preguntó Zenitsu con aires de obviedad y exasperación, sentía que Tanjiro simplemente estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua.

El de pelaje burdeo se movía en círculos en todo el callejón, de no ser por el hecho de que las calles estaban hechas de cemento, fácilmente podrían temer que hiciese una zanja en el piso.

—lo intenté un par de veces, pero siempre me evade la pregunta, ¿y si lo están molestando en la escuela? ¿y si se hartó de mí?

El temor de regresar a las calles de forma permanente era palpable en las palabras frenéticas del felino casero, primero pensaban que se debía a las comodidades de tener un dueño, pero cada vez que los visitaba Tanjiro solo se la pasaba hablando de Senjuro y ya estaban comenzando a teorizar que iba más allá que un sencillo compañerismo.

—ay ya cállate —replicó Inosuke después de un par de minutos—. Ya pareces enamorado del muchacho, solo dices "Senjuro esto", "Senjuro aquello" si te lleva aguantando desde hace ya como seis meses dudo que te vaya a botar.

Tanjiro abrió el hocico para alegar, pero enmudeció rápidamente por el bochorno que le provocaron las palabras del otro felino.

—no digas esas cosas —le replicó después de salir de su estupor.

—a decir verdad, sí pareces enamorado del muchacho —le secundó Genya—. Es de lo único que hablas cuando vienes con nosotros.

Kanao asintió.

—es inevitable pensarlo, en especial después de la escenita de celos que le hiciste algunos meses atrás.

Tanjiro se tumbó en el piso y se cubrió el rostro con sus patitas.

—¡no! ¡eso no puede ser cierto! —chilló.

Kanao recargó sus patitas delanteras en el lomo del gato con dueño, como diciéndole que no hiciera tanto drama.

—no puede ser tan malo.

—¡por supuesto que puede! —replicó alzándose de un salto, su lomo se había encrespado—. ¡Puede arruinar todo! si se me ocurre abrir la boca y hacer el más mínimo comentario al respecto podría volver todo incómodo y quizás hasta me termine dejando en las calles de nuevo, no puedo correr riesgos yo... no quiero perderlo.

Sus orejitas decayeron ante la idea de volver a quedarse solo, verse en necesidad de ocultarse dentro de cajas para conservar calor y protegerse de las lluvias en lugar de acurrucarse junto a su niño bajo las cobijas, sintiendo el calor del Rengoku en su pequeño cuerpo felino, tener que hurgar en la basura para conseguir alimento en lugar de recibir la deliciosa comida que Senjuro preparaba.

Vivir en los callejones solo había sido como estar atascado en un pozo de oscuridad, un rayo de luz lo sacó de ahí y no se arriesgaría a perderlo.

Kanao le mordió la oreja con algo de fuerza, como si intentase traerlo de regreso a la realidad desde su remolino de pensamientos miserables.

—¡Kanao! —replicó pasando su patita por la zona afectada.

—oye, deja de pensar tanto las cosas, solo deja que fluya, no te precipites, ¿de acuerdo?

Tanjiro lo meditó brevemente.

Muy bien, quizás sí sentía algo por Senjuro, algo que muy probablemente jamás sería reciprocó, pero si lo pensaba detenidamente...

Estar a lado de Senjuro le bastaba y hasta le sobraba, aunque sabía que probablemente lo tendría que ver tener una pareja y eventualmente una familia, si su niño era feliz, entonces él también lo sería.

[ Algunas Horas Después ]

Senjuro ya había regresado de la escuela, estaban tranquilamente viendo una película en la televisión cuando escucharon nuevamente el sonido de la cochera abriéndose.

Tanjiro rápidamente tomó su forma felina dispuesto a correr a refugiarse en la habitación, pero sorprendentemente, Senjuro lo tomó en sus brazos.

—¿Qué haces?

—creo que ya es un buen momento de decirle a mi hermano sobre ti —respondió con simpleza.

Ahí estaba de nuevo el hedor de la inquietud.

Iba a preguntar, pero la repentina presencia de Kyojuro le cerró la boca, principalmente porque no quería que lo golpearan con un palo.

El mayor de los hermanos quedó mudo breves momentos al ver a Senjuro con un felino de pelaje burdeo entre sus manos, paseó su vista del animal al estudiante varias veces.

—¿ese es un michi?

Tanto Tanjiro como Senjuro tuvieron que contener el comentario sarcástico que estuvo a punto de brotarles desde lo más profundo de ellos a causa de semejante pregunta.

—si sabes que papá va a matarte si lo descubre, ¿verdad?

Senjuro suspiró.

—no lo ha hecho en casi seis meses, así que realmente eso ya no me preocupa.

Kyojuro tomó asiento a su lado en el sofá y pasó su mano por la cabeza del felino.

—¿seis meses? que bien escondidito lo tenías, ¿eh?

Senjuro se encogió de hombros, la ausencia de su familia simplemente hizo más fáciles las cosas, pero se ahorró el comentario puesto que no quería que su hermano se sintiese mal.

—bueno, pues ahora te lo presento, este es Tanjiro —dijo haciendo alusión al animal.

Kyojuro se acercó al rostro del animal para observarlo de cerca.

Sus ojos se posaron en la cicatriz.

—¿hm? esa marca se parece un poco a la de-

Al comprender lo cerca que se encontraban de ser descubiertos, Tanjiro saltó de las manos del estudiante y se movió lo más rápido que pudo.

Esperó algunos minutos antes de regresar a donde se encontraban los otros dos, mejor prevenir que lamentar, así que ignoró por completo la conversación que se daba con el par de hermanos.

Cuando regresó, se acomodó en el regazo de su dueño, quien empezó a darle mimos en la cabeza, atontándolo.

—¿me podrías hacer ese favor?

—por supuesto que puedo, se ve que es muy cariñoso y bien portado, pero te va a extrañar.

¿De qué hablaban? se sentía demasiado ido por las caricias como para preocuparse por ello.

—yo también lo haré. Pero confío en ti.

—¿sabes? ya decía yo que te veía diferente, más contento, se nota que lo quieres mucho.

Silencio...

—sí, lo quiero muchísimo.

El corazón del felino saltó de alegría, nada más que el calor que sentía en su pecho era relevante en esos momentos.

SE LOGRÓ

No mamen, sí me costó trabajo escribir este capítulo.

¿Están listos para que se arme el desmadre?

Yo no jaja.

En fin, ya me voy que si no me duermo me van a funar (Debería estar haciendo tarea en lugar de corrigiendo esto, lol), espero que les haya gustado, cuídense, tomen agüita, nos leemos luego, baiiiiiiiiiii.

Ah! It's a wonderful cat life! | | K N Y | | A U | |  TANJISEN | |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora