| | C A P Í T U L O . 1 0 | |

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Senjuro lo sabía: era un cobarde.

Faltaban simples semanas para que tuviera que irse a la universidad y aún no le había dicho nada a Tanjiro.

Prefirió no pensar en el tema durante el resto del ciclo escolar con tal de no perjudicar su rendimiento hasta su graduación y después de eso no encontró momento adecuado para decirlo, sin mencionar que el tiempo se le pasó volando.

Ya no podía seguir ocultándole eso.

Y Tanjiro, por su lado, ya no soportaba la inquietud no verbal de su dueño.

—¿Qué tienes? —le preguntó finalmente un día.

El humano se notó levemente desconcertado ante semejante cuestionamiento.

—nada, ¿Por qué preguntas?

Tanjiro bufó y cambió a su forma humana, colocándose frente a Senjuro con tal de verlo directamente a los ojos.

—no me mientas —pidió, colocando sus manos en los hombros del Rengoku con una expresión consternada en el rostro—. Llevas meses preocupado por algo, estaba esperando a que tú me lo dijeras, pero ya no soporto verte tan intranquilo.

Senjuro apretó los labios y buscó posar su mirada en cualquier otro lado que no fuesen los ojos granate del felino.

Tendría que decírselo tarde o temprano, y prefería que fuese ahora.

—la universidad, me ofrecieron una beca en Inglaterra.

Se formó un breve silencio, luego Tanjiro dejó salir un suspiro aliviado y las comisuras de sus labios se alzaron lentamente para formar una sonrisita, como si su preocupación hubiese sido a causa de nada.

—por un momento pensé que se trataba de otra cosa —se alejó un paso y colocó sus manos en su cintura—. Bueno, nunca he viajado en avión así que creo que esta será una experiencia interesante.

Las cejas del humano se curvearon hacia abajo.

—esa es la cosa... —él también retrocedió y se abrazó a si mismo—. No... no puedo llevar mascotas al dormitorio... no vas a poder venir conmigo.

La expresión de Tanjiro cambió lentamente mientras hablaba, sus ojos se fueron abriendo, sus cejas se curvearon y sus labios hicieron un mohín.

—¿Qué...?

El rubio desvió la mirada.

—pero... no irás —preguntó volviendo a acercarse, sujetándolo nuevamente por los hombros, sus orejas habían decaído y su cola se había esponjado a causa de la ansiedad que dichas palabras habían provocado en él—. ¿Verdad?

—créeme que no quisiera... pero tengo que hacerlo.

—¡No! ¡no tienes por qué hacerlo!

—Tanjiro, mis padres quieren que lo haga, no tengo de otra.

Los nervios se le encresparon.

—oh, claro. Porque ellos nunca están en casa y tienen todo el derecho a decidir sobre tu vida.

Senjuro frunció el ceño.

—no te pido que lo entiendas, porque dudo que lo hagas, si tuvieras una familia quizás tendrías una mínima idea de lo que significa tener que hacer algo por los demás.

—¡¿Crees que no lo sé?! ¡tuve que dejar ir a mi hermana por su propio bien y me quedé solo hasta que te conocí! —sus ojos se aguaron—. ¡¿Y ahora tú también vas a dejarme?! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

—¡No era tan fácil!

—¡Sí lo era!

—¡NO! ¡de todas las personas nadie mejor que tú debería entender que esto no era fácil para mí! ¡no quiero irme, mucho menos dejarte!

—¡Entonces no lo hagas!

—¡Tengo que hacerlo!

—¡No, no tienes! ¡¿Qué pasará conmigo entonces?!

Senjuro bajó la cabeza.

—Kyojuro... le pedí que se hiciera cargo de ti mientras estaba en la universidad, él dijo que te cuidaría, no debes preocuparte con respecto a volver a las calles.

Tanjiro apretó los labios.

El hermano de Senjuro era un buen muchacho, le agradaba, era dulce.

Pero no era él...

Senjuro se dio media vuelta, con dirección a la puerta.

—debo comenzar a empacar...

Con una opresión en el pecho, el felino se acercó a él y lo envolvió en un abrazo, escondiendo su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello del, muy prontamente, universitario.

—por favor, no te vayas... —suplicó.

—Tanjiro, por favor, suéltame...

La actitud del felino no estaba haciendo las cosas fáciles para él.

No era fácil para ninguno de los dos.

Y casi como si hubiera dicho lo contrario, este lo agarró por el torso y lo levantó del piso, haciéndolo chillar y tumbándolo en la cama con tal de recostarse encima suyo, dejando su cabeza en el pecho del humano.

Senjuro quería apartarse, Tanjiro no estaba haciendo más que complicarle las cosas, el felino no era el único que sufría por este acontecimiento, tuvo que morderse el labio inferior para no sollozar cuando finalmente se atrevió a corresponder al abrazo.

No se había dado cuenta de lo importante que se había vuelto Tanjiro para él hasta ese momento.

Para la mala fortuna de ambos, el chillido que Senjuro había pegado cuando Tanjiro lo levantó del piso, había llamado la atención de los recién llegados a casa.

De pronto, la puerta de la habitación se había abierto de forma estrepitosa revelando a Shinjuro, Ruka y Kyojuro.

Tanjiro y Senjuro se quedaron completamente congelados en su posición, mirando aterrados hacia la puerta.

El miedo y la confusión chocaban entre sí.

—oh, mierda...

Ya se va a armar el pinche dESMADRE MUAJAJA

Uy no puedo creer que ya estamos a dos capítulos de terminar esto :D

Se va a lOGRAR BANDAAAAAAAAAAAAA

En fin, espero que les haya gustado, cuídense, nos leemos luego, tomen agüita, baiiiii.

Ah! It's a wonderful cat life! | | K N Y | | A U | |  TANJISEN | |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora