cuarenta y tres

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gritos se escuchan nuevamente

atormentando mi cabeza

y la paz interior nunca llega

mi corazón se acelera

al saber lo que se acerca

y es que el monstruo [tal vez]

nunca fui yo,

pero luego de tanto pensarlo

me convertí en lo que

siempre odie.

AlaskaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora