Desde que te fuiste, querido Tadeo,
me he perdido.
Desde que te fuiste,
mis ojeras han vuelto.
Desde que te fuiste,
volví a aquel lugar,
para almas tristes
y perdidas.
Las cuales buscan un lugar
vacío,
igual que ellas,
en donde llenarse
de cosas
vacías.
Desde que te fuiste,
he dejado de comer.
Desde que te fuiste,
el invierno llego antes a mis brazos.
Desde que te fuiste,
mis ojos perdieron aquel color
que tanto te gustaba.
Desde que te fuiste,
me hundí en aquel infierno
que nosotros
muy bien
conocíamos...
.