Como era de esperarse, el tiempo había pasado extremadamente rápido. Cuando menos lo imaginaron el trabajo había terminado y el fin de semana había llegado, el tan anhelado día de Sakuragi acababa de comenzar.
—Dios, dime Ayako, ¿cómo luce mi cabello? —una temblorosa Haruko bastante bien arreglada se encontraba en el auto esperando a que la hora de la ceremonia iniciara, lo bueno, es que no estaba sola: su hermano, quien conducía el auto en el que ahora mismo se encontraban, la llevaría de la mano directo al altar, y Ayako, quien estaba literalmente a su lado animándola había decidido acompañarle, ya que sus damas de honor debían estar antes en la iglesia.
—Tranquilízate, luces muy bien —respondió su amiga que también lucía un lindo vestido y ligero maquillaje.
—Ay no, estoy nerviosa.
—Es normal, cuando Miyagi y yo nos casamos te juro que sentí la misma sensación.
—¿De verdad?, es un día muy importante y no quiero estropearlo.
—Todo estará bien, ¿o no es así, señor Takenori? —cuestionó Ayako viendo a Takenori, quien se encontraba al volante esperando que su hermanita tuviera el valor de salir del auto para comenzar con la ceremonia.
—Mmm, sí, supongo que sí —exclamó el hombre no muy convencido. No le molestaba que su hermana se casara, sabía que algún día debía pasar, pero por alguna razón sentía algo en su interior que quería mantener aquella visión de Haruko aún soltera —. Espera, ¿me dijiste señor?
—¿Lo ves? Todo saldrá estupendo, lo presiento, lo veo en ti. Ahora, ¿qué te parece si voy directo a indicar tu llegada y te vemos entrar con ese hermoso vestido blanco como la gran mujer y bella novia que eres? —Ayako intentó disminuir sus nervios generándole cierta confianza, y lo hacía muy bien.
—Ayako —la novia sonrió cálidamente, casi queriendo llorar de alegría —. Está bien.
—¡Eso es! —Ayako se acercó a darle un inmenso abrazo sonriendo —. Muchas felicidades Haruko, estoy muy feliz por ti —le terminó de decir casi entre susurros.
—Muchas gracias, Ayako. Eres increíble, me harás llorar.
—No es nada. Ahora sal de este auto y ve a deslumbrarnos a todos —sonrió despegándose de ella para retirarse del auto, no sin antes animarles a ambos por la ventanilla —. Y no se te ocurra tropezar gorila.
—¿Eh? —Takenori frunció el ceño con cierta duda, como si su mente no quisiese escuchar lo que creyó haber escuchado.
Una risa involuntaria salió de los labios de Haruko mientras analizó aquel apodo, sin duda Ayako le había dado la seguridad que necesitaba. Ahora la mencionada se dirigía con sus pequeños tacones por la entrada trasera de la Iglesia para encontrarse con la espalda de su esposo, quien estaba aún platicando con los chicos. Por otro lado...
—¿No tengo el cabello muy reseco, chicos? —cuestionó Hanamichi sudando hasta los talones, sin duda este se encontraba más nervioso que su propia prometida.
—¿El cabello se reseca en los hombres? —arqueó las cejas Yohei preguntándose aquello, él estaba rodeando a Sakuragi junto con Chuichirou, Yuji y Nozomi. Los cuatro solo se encontraban con su amigo para darle ánimos, o ponerlo más nervioso, una de dos.
Por su parte, en las butacas de enfrente, el resto de los chicos importantes como Miyagi, Mitsui, Rukawa, Kogure, Sendoh, etc., platicaban ligeramente sobre la boda, o bien, del novio en cuestión, pues el hecho de que estuviera sudando como cerdo no era muy normal ni tampoco pasaba desapercibido.
—¿Lo ves? —susurró preguntándole Miyagi a Mitsui —, está nervioso, está sudando.
Una sonrisa se implantó en ambos. —Oh vamos, en tu boda tú estabas igual.
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[SD] 𝒂𝒊𝒏'𝒕 𝒏𝒐 𝑭𝑼𝑵
FanfictionMitsui asiste a la boda de Hanamichi y Haruko, ahí mismo, conoce a una joven que comienza a llamar su atención, es entonces cuando decide interesarse en saber más sobre ella. Un encuentro que podría llevarlos a una relación algo inesperada, con much...