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Con eso de inmediato Aoi supo que ya lo había echado a perder, por milésima vez, Mitsui estaba harto, acatarrado, ¿cuánto tiempo más iba a insistir? Pero por más que le molestara, Aoi tenía toda la boca inundada de razón, y eso nadie lo iba a negar, ni siquiera Mitsui podia negárselo a si mismo, por ello se molestaba con mayor intensidad, al fingir algo que no podía ignorar como cierto.

El hombre caminó lo necesario hasta adentrarse a la casa de nuevo. Aoi se sujetó los cabellos intentando desaparecer esa preocupación de la pequeña nueva molestia que le había ocasionado a su pareja. Suspiró, volvió a tomar agua y mientas se tranquilizaba un poco sentada en la pequeña banca decidió respirar hondo y seguirle los pasos.

Una vez adentro, Mitsui abrió su refrigerador y saco del fondo una botella grande de licor, era whisky, casi entera, la puso en la encimera de la cocina y abrió la pequeña puertita de arriba que contenía todo tipo de cristalería, sacó un vaso lowball, fue por algo de hielo y comenzó a verter todo el liquido embriagante de whisky sobre el pequeño cristal. En pequeños instantes ya estaba bebiendo de él con un gesto de enojo plasmado en su rostro, frustrado, con el ceño fruncido, estaba molesto, y quería calmarse de alguna manera con alcohol, a pesar de lo fuerte que era. Carraspeó un poco pero no se detuvo, cerró sus ojos y continuó bebiendo.

En ese instante, Aoi iba ingresando a la casa con pasos lentos, observándolo de entrada con ese ambiente tan pesado emanando de él. Con las cejas arqueadas por la aflicción dejó la pelota de basquetbol en el suelo de la sala de estar y se acercó al hombre intentando no molestarlo de nuevo, sino para calmarlo. Le entristecía ser una incomodidad para él cada vez que hablaba sobre el tema. Aoi se colocó del lado de su hombro derecho, Mitsui no la observó en ningún instante pero claro que se había dado cuenta de su presencia desde hace rato, la pelinegra lo notó y con el rostro cabizbajo sujetó con lentitud y suavidad las manos de su novio, poco a poco fue deslizando el vaso de whisky para alejarlo de él.

—No bebas, ¿sí? —mencionó ella, entonces lo observó a los ojos —. Lo siento, perdón, soy una idiota —volvió agachar su rostro lamentándose —, no quiero que te molestes conmigo.

Unos segundos de silencio se hicieron presentes, entonces Mitsui la observó con detenimiento, el tampoco quería que ella se entristeciera por ello. Entonces con su fuerte mano derecha levanto su barbilla de manera delicada, para observarla a los ojos y que ambas miradas se cruzasen.

—No estoy molesto contigo, estoy molesto con tu necedad.

—P-Pero...

—Agradezco que te preocupes por mi, y que pienses en mis gustos y lo que creas que es mejor para mí pero... es solo basquetbol, cuando era joven me divertí haciendolo, jamás lo negaré. Pero... hay limites Aoi, no te claves con ello, estoy bien así, ambos estamos bien así, ¿o acaso no disfrutas de esta vida?

—No, yo... no digo que no lo disfrute, de verdad disfruto estar contigo.

—¿Entonces por qué te aferras tanto?, ¿qué mas necesitas si tú estas bien estudiando y yo estoy bien trabajando?

—Es que no estas bien trabajando, niégamelo Mitsui —Mitsui la observó frunciendo el ceño de nuevo, y sin pensarlo mucho le agarró la pequeña nariz para jaloneársela un poco —. ¡Auch!, ¿y eso qué fue?

—Necia, ¿quieres que de verdad me moleste?, sigue insistiendo y me vas a conocer.

—Sabes que tengo razón —la chica se sobó la nariz mirándolo con duda y conjetura. Mitsui jamás aceptaría eso como cierto, al menos no explícitamente, quedaría mejor guardado en lo mas profundo de su conciencia, y solo eso.

[SD] 𝒂𝒊𝒏'𝒕 𝒏𝒐 𝑭𝑼𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora