4. Pensamientos nocturnos

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Summary: una noche, Yue QingYuan piensa en Shen QingQiu.




















Yue QingYuan podía pasar horas observando a Shen QingQiu.

Siempre lo había admirado en secreto y... quizás no tan secreto, desde que eran niños en las calles, cuando eran discípulos y más aún hoy, que estaban casados. El mal tiempo que pasaron por su culpa, por culpa de no decirle la verdad a su Xiao Jiu... hasta que por error terminó envenenado y pensó que moriría y confesó toda la verdad. Fue un poco vergonzoso saber que no estaba muriendo realmente, sino que era simplemente una mala reacción a un veneno que no era tan fuerte, quizás lo peor de eso fue que, al despertar, Shen QingQiu lo golpeó con un abanico mientras lo regañaba por ser imprudente. Poco a poco, sin darse cuenta, su relación fue reparada, los silencios incómodos o las cortas discusiones cambiaron por cálidos momentos juntos o largas conversaciones en sus tiempos libres. Incluso, gracias a que su relación con Yue QingYuan había mejorado, su relación con los demás discípulos principales de los demás Picos también mejoró, no podía decir que fueran amigos, pero al menos parecía llevarse bien con otros futuros Señores de Pico como Shang Qinghua, Mu QingFang y Qi QingQi, su relación con Liu Qingge aún era tensa, pero al menos podían no pelear cada vez que se veían.

Volvieron a ser amigos, algunos meses después comenzaron a tener gestos romántico entre ellos, se tomaban de las manos o se recostaban en el césped viendo el cielo, se acurrucaban uno al lado del otro para dormir como lo hacían de niños, comenzaron a compartir pequeños y cortos besos. A QingYuan le gustaba ver las mejillas sonrojadas de QingQiu cada vez que quería pedir un beso pero se sentía demasiado orgulloso como para hacerlo. Cuando estaban a punto de convertirse en Señores de sus respectivos Picos, Yue QingYuan tuvo el impulso de pedir matrimonio a Shen QingQiu frente a todo el mundo. Aunque al principio fue una sorpresa para Shen QingQiu y quiso gritarle sobre lo tonto que era... las palabras no salieron de su boca mientras su rostro se volvía cada vez más y más rojo. Al final su respuesta fue arrojar su abanico a la cabeza de Yue QingYuan y gritar un "sí" mientras salía del lugar avergonzado... pero eso último se lo había contado Mu QingFang cuando despertó después de quedar inconsciente por culpa del abanico que voló hasta su cabeza. Poco después, Shen QingQiu llegó a visitarlo a lacumbre Qiong Ding y repitió su respuesta a la propuesta hecha por el futuro líder de secta. Solo unos pocos meses después, se casaron frente a toda la secta.

Había pasado algunos años de eso, aún no podía dejar de pensar en la hermosa persona que  ahora se encontraba durmiendo a su lado. Su esposo.

Pasó una mano por el largo y sedoso cabello negro de QingQiu, la suave cascada negra caía por las blancas sábanas que lo cubrían, algunos mechones caían por su rostro y hombros, apartó uno especialmente que pasaba por los delgados y rosados labios que estaban ligeramente separados. La blanca y suave piel de QingQiu brillaba bajo la luz de la luna que entraba por la ventana, acarició con delicadeza desde la mejilla hasta el hombro y clavícula de la persona a su lado. Su mano se detuvo sobre una pequeña y redondeada marca rojiza sobre la piel blanca, una sonrisa se asomó en su rostro. Había pasado mucho tiempo desde que aquellas eran las únicas marcas que veía en el cuerpo de Xiao Jiu. A pesar que trato de proteger a Xiao Jiu tantas veces en el pasado... fallo muchas veces. Xiao Jiu casi siempre terminaba herido al tratar de salvarlo... Xiao Jiu había sido herido por su culpa muchas veces.

Shen QingQiu se quejó ligeramente moviéndose un poco en su lugar. Abrió ligeramente sus ojos, el profundo verde de los ojos de su Xiao Jiu se encontraron con los ojos oscuros de Yue QingYuan.

- ¿Qué haces despierto? - preguntó acorrucándose un poco.

- Solo observaba a Xiao Jiu.

- ¿Eres acaso un pervertido? Ya duerme, Qi-ge - gruño en un bostezo.

- Me gusta observar a Xiao Jiu. Porque Xiao Jiu ahora esta a salvo junto a este Qi-ge.

Había sido solo un murmullo. Pero Shen Jiu despertó por completo con sus palabras, se apoyó sobre sus codos y miró directamente a Yue QingYuan, su cabello negro caía por sus hombros, los ojos verdes lo observaban brillantes.

- ¿Qué era lo que estabas pensando justo ahora, Qi-ge?

- Uh?

- No trates de mentir - regaño pellizcando la mejilla de su esposo, Yue QingYuan sonrió un poco - sé que pensabas en algo.

- Solo... pensaba en lo agradecido que estoy que Xiao Jiu este a mi lado.

Shen Jiu miró la sonrisa tranquila en el rostro de QingYuan. La sonrisa que solo le dedicaba a él, a veces pensaba en el dolor que se ocultaba detrás de la sonrisa de Qi-ge, el arrepentimiento que lo seguiría por el resto de su vida... la culpa de no llegar a tiempo. Volvió a pellizcar la mejilla de Yue QingYuan que continuaba observándolo en silencio, Yue QingYuan rió.

- Vuelve a dormir. Estoy aquí... contigo - susurró, acurrucandose mejor en los brazos de su esposo.

- Lo sé...

A veces... todo parecía un sueño del que despertaría en algún momento y se encontraría solo, Shen QingQiu aún lo odiaría y permanecería lejos, cada conversación terminaría en gritos y una discusión. Todo era tan bello... que parecía un sueño.




















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La propuesta de hoy ha sido de las más cortas, ¿pero que es más bello para Qi-ge que tener a su lado a Xiao Jiu? Realmente no se me ocurre nada.

Un cuento bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora