Capítulo 12

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La comida no quiso bajar por mi garganta, por lo que tuve que dejar de obligarme a comer. La cena continuó con una simple charla, pero al final, todos nos levantamos y fuimos a la sala. Menos yo, que como no era parte de la conversación, salí a la terraza a tomar aire. Miré abajo, las calles, a lo lejos, las casas y bajos edificios, sintiendo una terrible culpa. Nunca quise lastimar a nadie, ni siquiera sé en qué pensaba.

-Hey- sonó la voz de un hombre y miré a un costado, uno de los gemelos.

-¿Tu eres?- pregunté.

-Ryan.

-oh...- suspiré y me miró.

-Fuiste tu ¿no?- preguntó- lo del fuego.

-No.

-Tu fumabas...- afirmó.

-Muchos fumaban...

-Pero tu estabas detrás de la casa...- dijo- con tu amiga...- miró adentro- ¿Era ella?- arrugó su rostro, algo asqueado.

-No había ninguna amiga- dije molesta y se rió.

-Lo supuse- Y se produjo otra pausa.

-¿Qué sucedió exactamente?- pregunté luego de una pausa.

-Todo se incendió, los ebrios no se movían, algunos estaban desmayados...- suspiró- Fue terrible... Los gritos de ayuda, los rostros de algunos chicos y chicas que llegaron a los 100ºc- y cada cosa que decía era una punzada más.

-Por favor- pedí en una súplica- no le digas a nadie que fui yo- me sonrió.

-Eso no es ningun castigo... Te castigas más ocultando la verdad...- dijo en un susurro- llegará un día en el que te canses de que todos hablen de ese terrible desastre...

-Vete al diablo- afirmé y me fui, dejándolo solo.

Luego del almuerzo, estuve un rato largo meditando con la almohada, hasta que me decidí.

Me puse mis peores atuendos, y en silencio, salí al garaje, donde tomé la bicicleta nueva de Taylor para ir directamente a la casa de Niall. Escuchar música y conduciendo en una bicicleta, escuchando música al azar.

Al adentrarme en esas calles, pude ver esa gente: niños jugando con su ropa destrozada, todo una clase de locura. Ese lugar me daba así como una nostalgia, un "todo siempre estará bien", un fuerte abrazo de mamá.

Al llegar a casa de Niall, toqué y gracias al cielo, fue él quien me abrió.

-Aquí estás- dije lanzándome a abrazarlo.

-¿Qué haces aquí?- preguntó sin apartarme y obligandome a entrar, cerrando la puerta.

-¿Dónde está tu madre?- pregunté y negó.

-Se fue con los niños- me sonrió amargado y suspiré cansada. Lo miré de arriba abajo, buscando alguna herida pero no encontré nada.

-Dios, estás bien- dije aliviada y fui a abrazarlo.

-¿Qué quieres?- preguntó algo frío.

-Solo pedirte disculpas, ayer...- dije entrecortada- actué como una completa idiota y lo siento- pedí. Me miró por unos segundos, con su rostro indescifrable y me sonrió.

-Siempre te perdonaré- dijo y me abrazó. Ese abrazo, me hizo sentir por completo roconfortada, algo así como que todo iba a estar bien, y él siempre iba a perdonarme, pero esa voz en el fondo me decía "si de verdad supiese lo odiosa que eres"- ¿Quieres tomar algo?

Pasamos un rato, tomamos un café en silencio ya que ninguno quería hablar, hasta que yo lo hice.

-¿Cómo sucedió?- pregunté- Es decir, qué hiciste.

-Al principio, estaba con los muchachos, y vi el fuego. Fui a buscarte, escuché unos gritos del segundo piso, parecidos a los tuyos y fue ahí que un vidrio explotó y se me enterraron muchos vidrios en la espalda.

-¿Qué?- pregunté en pánico y suspiró. Se levantó y me dio la espalda, quitándose la camisa y dejandome ver: tenía pequeñas vendas a lo largo de toda su espalda.

-Solo quedarán cicatrices... En fin, vi que no estabas, saqué a esa pobre chica, y luego volví a entrar por los que no salían... ¿Tu cómo te fuistes?

-Me fui antes, cuando me insultaste...- dije arrpentida.

-Ya te dije que yo también soy un idiota- dijo acercándose a mi y me abrazó- olvida esa discusión...

-De acuerdo- hablé mientras me abrazaba.

-Nosotros siempre estaremos unidos por algo...- afirmó y la culpa me carcomía cada vez más.

-¿Crees que la culpa puede comer a alguien?- pregunté y me sonrió.

-Claro que si, nadie puede vivir sabiendo que hizo un mal a alguien sin decir la verdad. Sería algo así como... Tener un perro pero no darle de comer, no sacarlo a pasear ni jugar con él- se rió- ¿Por qué dices?- preguntó y negué.

-Nada... Solo que...

-¿Es por Ivanna?- preguntó y negué.

-¿Si te cuento algo.. prometes no decirle a nadie?- pregunté dudosa y sus ojos se fruncieron, algo confundido...

-Si...- dijo alargando la "i" y yo me le quedé mirando... ¿Decirle o no?

-Espera...- interrumpí- ¿Crees que deba pasar a ver a los que estan en el hospital?- pregunté y negó.

-No quieres, yo fui a ver a...- y su voz se apagó, pero la aclaró- No importa.

-¿A la zorra?- pregunté y se rió.

-¿Una es tonta y la otra es zorra? Me dejas como un mal selector- y me reí ante su chiste- En fin, fui a verla, y... Muchos perdieron su rostro, es decir, se desfiguró por el fuego, un chico quedó ciego... otros tienen quemaduras en todas partes... Agujeros en los pulmones del humo...- suspiró quebrado, y mientras tanto, yo no podía disimular mi rostro de dolor, de pena, de culpa. Ni un millón de dolares le devolverá a esos chicos ese mal momento- mañana será el juicio y todos irán... Pero...- me sonrió- ¿Qué ibas a decirme?

Skinny Bitches (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora