*Viejo Roble*
Entramos en la casa, y nada en ella había cambiado. Las viejas mesas de maderas, las paredes con dibujos de nosotras y las medidas de nuestras alturas.
-¿mamá?- llamó Taylor.
-¿Hola?- pregunté yo.
Niall estaba parado en la puerta, con dolor en su mirada, como si supiese que algo anda mal. Miré a Taylor y subí las escaleras. Ella se sentó en una silla, en la mesa y pasó su mano sobre un viejo dibujo.
Las escaleras rechinaban y al llegar al pequeño pasillo, fui al baño. Nadie. Caminé por ese pasillo de madera en pequeños pasos, y retomé aire antes de entrar en la habitación. Dentro solo estaba la cama destendida, con las ventanas cerradas y la ropa de mamá.-Ella se fue- dijo la voz de Niall mientras yo entraba a la habitación. Revisé su mesa de noche, una foto de ella con mi padre y otra de nosotras de pequeñas.
-¿Cómo lo sabes?- pregunté en un hilo de voz.
-Un día llegaron, ellos vinieron y entraron en todas las casas. Lo revisaron todo- dijo frío- todos estábamos asustados, nadie podía detenerlos y tu madre estaba sola. Vine lo más rápido que pude- dijo tragando nervioso mientras su voz se apagaba- Cuando llegué, ella estaba empacando una mochila- intenté imaginarme a mamá, con su joven mirada, sus ojos café desafiantes y su sonrisa de luchadora- Ese día ella cumplía 33- dijo firme.
-¿El año pasado?- pregunté y asintió- ¿Tu la viste irse?- pregunté parándome frente a él y suspiró.
-Si- afirmó.
-¿y por qué la dejaste irse? ¿Sabes a dónde fue?- pregunté.
-No quise preguntar…- estaba diciendo pero, me molesté. Simplemente lo evadí y pasé por su lado, saliendo al pasillo- _____-me dijo tomandome del brazo.
-¡Ya deja de hablarme!- le pedí en un grito de odio- No quiero verte…
-¿Pero irás al roble?- preguntó y no pude decirle que no a sus ojos.
-Esperame allí- dije firme- ahora solo tengo que ir a casa y… Arreglar mis cosas…- suspiré estresada y tomó mis manos.
-Te prometo que ella está bien- dijo y tragué, quería decirle algo más, pero no, soy demasiado orgullosa como para hacerlo. No le dije nada, solo comencé a caminar rápido por el pasillo y bajé las escaleras. Tomé la mano de Taylor y le sonreí.
-Nos vamos de aquí, ahora.
-Pero…- dijo mientras yo la llevaba a la puerta- Debemos esperar a Niall.
-No- dije y salimos de la casa. Comencé a caminar sin soltar la mano de Taylor y casi que la arrastraba.
-Aún no entiendo como puedes caminar con tacones- preguntó y sonreí orgullosa.
-Volvamos a nuestra vida de una vez- dije y como giré mi cabeza para verla, me topé con una chica. Ella se cayó, pero yo no.
-Hey, mira por donde caminas- dijo desde el suelo. Llevaba su cabello castaño atado en una coleta, y la cansta con frutas de sus manos, cayó al suelo.
-No fue mi culpa- dije molesta y se levantó.
-Levanta mis frutas ahora- me amenazó y yo la enfrenté.
-¿O qué?- pregunté con una divertida sonrisa.
-_____, esto no es california- me dijo Taylor y la chica se rió.
-¿Vienen de california?- preguntó riéndose y suspiré.
-¿Dijiste que levante tus frutas?- pregunté dando unos pasos y vi que apareció Niall en la esquina, caminando hacia nosotras.