• Leila •
- Ayúdame a hacer la maleta, mi amor.
- Voy
Tenía dos semanas de vacaciones, así que me voy a Barcelona para estar con mis amigos ya que Iker y Denis se quedaron a vivir allí.
- Estoy nerviosa en verdad - sonreí.
- ¿Si? ¿Por qué?
- No sé, pero lo estoy, es que voy a volver a mi anterior vida, con mi casa, mis gatos, el perro.
- ¿Son nervios buenos, entonces?
- Claro.
- ¿Quién te viene a buscar?
- Iker y Denis, que están viviendo cerca de mi casa.
- ¿Me acompañas a entrenar?
- ¿Va Céline?
- Claro.
- Me visto y vamos.
Me puse un vaquero apretado junto a una camiseta gris de Guess.
Nos montamos en la moto y a los diez minutos llegamos.
- ¡Hola, Leila!
- ¡Hola! - me senté a su lado en la grada. - ¿qué comes?
- Un bocadillo de bacon y queso.
- ¡Bacon-queso! - mordí mi labio inferior mientras mirada su comida.
- ¿Quieres un poco?
- ¡Qué va! Que luego se me queda el sabor en la boca y lo paso mal.
- ¡Qué buena pelea la de Kennedy!
- Sí, yo no tenía mucha esperanza, pero ganó por knock out.
- ¿Hoy no vino a entrenar?
- Vino en el turno de mañana, está de fiesta, creo - pensé - no tengo ni puta idea, la verdad.
- El otro día dos de aquí se pelearon a piñas.
- ¿En serio? ¿Quiénes?
- El pelirrojo y otro que era nuevo, ya lo echaron del gimnasio.
- ¿Sabes por qué se pegaron?
- Sí, fue porque iban a hacer un sparring, y pusieron al pelirrojo con el otro, ya que él sabe enseñar y pega flojito, pues el nuevo se enfadó con él, sin motivo alguno, entonces le empezó a pegar fuerte.
- Me acabo de enterar ahora.
- ¿Kylian no te dijo nada?
- No, ¿hace cuánto fue?
- Ayer.
- Ah, ayer estábamos con unos amigos.
- Ya lo vi, con El Morad.
- Sí, que se quedó a dormir en mi casa.
- ¿De qué lo conoces? Sé que tú antes vivías en Barcelona, pero no me imaginé que te juntaras con ellos, y menos que tuvieras toda esa confianza.
- ¿Sabes Beny?
- Hombre... - sonrió y se sonrrojó - no entiendo como una persona puede ser tan guapa, está buenísimo, lo que se tapa la cara.
- Se la tapa por eso mismo, porque hay niñas que solo van a sus conciertos para ver lo guapo que es, y no se saben ninguna canción.
- Ah, vale, ¿qué pasó con él?
- Que él es amigo de un amigo de mi hermano, entonces yo me empecé a juntar con él, y así conocí a su grupito - mentí.
- ¿Y sigue igual de guapo?
- Hace seis meses que no lo veo, pero supongo que sí.
- ¿Y no vas a volver a Barcelona?
- Sí, esta madurgada cojo un vuelo para llegar ahí por la mañana.
(...)
- Pásatelo muy bien y disfruta mucho, que te lo mereces - me besó.
- Sí, amor, te quiero muchísimo - lo abracé.
Me despedí de mi primo y de mi novio para adentrarme en el aeropuerto, me encantaba ese lugar, desde pequeña he querido ser azafata, pero nunca me esforcé por lograr ese sueño.