9

192 12 0
                                    

Beny

- Este me gusta - lo señalé.

- Está bonito, pero no te pega con los muebles de tu casa, ni el color ni el estilo.

- Vale, diseñadora de interiores.

- ¡Ay! ¡Qué pesadito eres!

- Te jodes.

- Y aún así te quiero, así que imagínate el cariño que te tengo que tener.

- No es nada comparado con mi paciencia, porque para aguantarte a ti, hace falta meditar.

- Fantasma...

- Son bromas - reí y la abracé.

Me encantaba estar con ella, no sentía nada de amor en el senido de novios, pero es una persona a la que siempre le voy a tener cariño por las cosas que vivimos juntos, lo mejor que pude hacer es aceptar eso y dejar de pensar que la tenía que olvidar del todo. Me enseñó muchas cosas en la vida, gracias a ella soy quien soy, no es necesario olvidar a alguien del todo, basta con verla con otros ojos.

Cerré los ojos por dos segundos ya que la estaba abrazando, derrepente siento un flash.

- ¿Qué haces? - le pregunté serio.

- ¿Qué hablas tú? ¿Quién eres?

- Borra esa foto ya.

- ¿Que pasó? - se acercó Leila.

- Bórrala o te estallo el móvil contra el piso.

- ¿Qué foto? Si yo no he hecho nada.

- A ver tu galería.

- No te la voy a enseñar, ¿quién te piensas que eres?

- Me voy a cagar en tus muertos - le quité su teléfono de las manos - desbloquéamelo o lo parto en dos.

- ¡Eh! ¡Dámelo! - gritó.

- No me estés chillando como si fueras una niña, maricón, dime la contraseña.

- Dámelo es mío.

Vi como tres de seguridad se acercaban hacia mí, no me importó.

- ¿Qué pasa? - preguntó con la porra en la mano.

- Este tío, que se piensa que le saqué una foto.

- ¿Cómo que: "este tío"? - lo empujé.

- ¡Eh! ¿Qué haces? No te ha tocado, vete. - se me encaró el guardia.

Quería pegarme con él, me había dado mucho coraje que me haya faltado el respeto y que a demás me haya dejado como loco.

- Beny, vámonos ya - susurró Leila agarrándome del torso.

- Más te vale que esa foto no salga a la luz, porque te juro que de la piña que te pego - la morena me tapó la boca con su mano.

- ¡Vámonos!

Salimos del Ikea, ella empezó a reirse.

- O sea - soltó una carcajada - ¿qué coño acaba de pasar?

- Que nos sacó una foto mientras nos estábamos abrazando.

- ¿Estás seguro que fue él?

- Sí - mentí.

No sabía quien había sido, cuando abrí los ojos lo vi con el móvil apuntando hacia nosotros.

- Da igual, solo nos estabamos abrazando, no vuelvas a armarla así, date cuenta de que no eres Moha, eres Beny.

- Me suda la polla.

- ¡Qué raro! - habló irónica.

- Me da igual.

- Pues ahora por calentón te quedaste sin cajonera, hasta que se olviden de ti y te dejen pasar.

- Me fui de Londres porque estaba harto de que mi madre me echara la bronca, pero tú eres peor, y no llevamos ni un día juntos.

- Calla, quejica.

- ¿Qué tal con tu novio?

- ¿Y esa pregunta?

- ¿No puedo hacerla?

- Sí, si puedes, pero... no sé... por la cara.

- ¿Estás mal con él?

- No, ¿por qué?

- Parece que no me quieres responder.

- Estamos bien - me miró con el ceño fruncido.

- Ah, vale, me alegro, ¿cómo se conocieron?

- Yo lo conozco a él desde que estaba viviendo en Marsella, pero luego me fui, ahí no nos gustábamos, pero cuando volví a Francia vi que se puso guapo, entonces coincidimos en que entrenábamos juntos en la misma hora.

- ¿El qué?

- MMA.

- Es verdad.

- Pues eso, y como que nuestro entrenador se dió cuenta de que nos pasábamos el día coqueteando, entonces nos ponía juntos en los sparring y esas cosas.

- Como el típico profesor que te pone con la que te gusta para hacer el trabajo.

- Sí, sí, literalmente fue así.

- Beny, una foto. - se me acercó una chica de mi edad, era muy guapa.

- Vale, Lei, dame la máscara.

- Toma - la sacó de su bolso.

- Gracias - le guiñé el ojo.

Se sacó una ella, y otra la amiga, ambas estaban buenas.

- Oye - me miró sonrojada.

- Dime

- No es por incomodar ni nada.

Me quité la North Face.

- No te preocupes, dime.

- ¿Es verdad que sois novios? Se han publicado muchas fotos de vosotros dos muy juntos.

- Son de hace tiempo esas fotos.

- Ya, ya, pero me da curiosidad.

- Si me sigues desde hace tiempo sabrías que no soy de hablar mucho.

- ¿Eso en un: "sí"?

- A saber - sonreí - adiós, chicas.

Se quedó fijamente mirando mis labios, yo  relamí los míos y miré los de ella hasta que nuestros caminos se separaron.

- Un poco más y se te lanza.

- ¿Estás molesta?

- No.

- Bueno...

Se quedó callada y metí mi máscara en su bolso.

Aceptación {Beny}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora