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— ¿Estas segura de que quieres hacer esto? — volví a preguntarle a Lilith

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— ¿Estas segura de que quieres hacer esto? — volví a preguntarle a Lilith.

— Por décima vez, ya te dije que si. — refunfuñó, notoriamente molesta por mi insistencia.

— Es que insisto, cuando Rafael dijo que practicaras y controlaras tu poder, no se refería a que vinieras aquí e hicieras esto. — me cruce de brazos, mirando la reja de entrada al lugar.

— No, pero se que está es la manera más eficiente en la que va a dar resultado. — respondió ella con firmeza.

Yo solo solté un suspiro, pero no dije nada, porque realmente no habrá nada que la haga cambiar de parecer. Es muy terca.

— Vamos, mueve tu emplumado trasero de ángel. — dijo ella, mientras comenzaba a caminar por las rejas de entrada.

No dije nada, solo comencé a caminar detrás de ella.

Realmente, este lugar se ve bastante tétrico, si bien es espacioso, no creo que sea el lugar ideal para tener a niños aquí.

Comencé a mirar mis alrededores, a pesar de que estamos a pleno día todo parecía nublado y gris. Es lo más parecido al purgatorio en la tierra.

— Mira. — dijo Lilith, apuntando hacia la derecha del lugar.

En uno de los lugares "verdes" podían verse como había varios niños jugando, algunos estaban en unos columpios, los cuales estaban atados al tronco del gran árbol en medio del lugar, otros niños corrían alrededor, tratando de alcanzarse los unos a los otros y los niños más tranquilos parecían estar dibujando o coloreando en unas hojas de papel. Sin embargo, uno de los niños resaltaba del resto.

No estaba jugando, ni parecía estarse divirtiendo, es como si simplemente estuviese observando a todos mientras pensaba.

Miré a Lilith de reojo, y parecía que su atención había sido captada por ese mismo niño. Sin decir nada, ella comenzó a avanzar hacia él. Yo la seguí.

Ella se acercó lentamente al niño, que se giró a verla apenas estuvo detrás de él. Lilith se puso de cuclillas y le sonrió con suavidad.

— Hola...¿No vas a jugar con ellos? — preguntó Lilith, aún con esa sonrisa cálida en los labios. El niño la miró y al final negó — ¿No te gusta jugar? —

— Si me gusta. — respondió el niño — Pero es que ella nos está mirando...—

Apuntó a la cansona, específicamente a una de las ventanas altas. Ahí se podía ver una mujer a través del cristal, no podia distinguir muy bien su rostro, pero si noté que era una mujer mayor, que además iba vestida de monja.

— Ella me da miedo. — volvió a decir el niño.

— ¿Esa mujer les hace algo? ¿Estas bien? — volvió a preguntar Lilith.

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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