Íbamos en una especie de...caja con ruedas. Era extraño. Creo que Lilith lo llamo auto.
— Entonces... ¿Cómo dices que te llamabas? — Me preguntó Lilith.
La mire con indignación. No me jodas, fue lo primero que dije.
Escuché que Akuma se dio un golpe en la frente y suspiró con pesadez. Y con justa razón.
— Luzbel, mi nombre es Luzbel. — Dije serio.
— ¿Cómo el primer ángel? ¿El favorito de Dios? ¿Él caído?— Alzó una ceja.
— ¿Lucifer? — Está vez habló Akuma.
Eso me hizo fruncir el ceño y soltar un gruñido.
— No menciones jamás ese nombre en mi presencia. — Ordené.
— Oh, bien, además de loco, religioso. — Refunfuñó la ojiazul. — Justo lo que me faltaba. —
Me ahorré mi contestación, así que simplemente rodé los ojos.
Humanos idiotas. No reconocerían la divinidad ni aunque su vida dependiera de ello.
— Bueno y, ¿Tienes algún familiar al cual llamar? ¿Algún lugar donde ir? — Lilith rompió el silencio después de un rato.
Negué lentamente.
— Toda mi familia está allá, en casa. — Apunte hacia arriba, después fruncí el ceño. — ¿Llamar? ¿Qué es llamar? —
Entonces recordé algo, algo importante.
Lux...
— Detente. — Ordene, pero hizo caso omiso a mis palabras. — ¡Detente! —
Gruñí y Akuma freno de golpe.
— ¿¡Pero qué mierda pasa contigo!? — Me gritó con notoria molesta.
— Tenemos que regresar, olvide algo allá. — Dije serio.
— Joder, ¿por qué no lo pediste como una persona decente? — Refunfuñó.
— En primera; porque no soy una persona, no me rebajes a su nivel, mortal. — Hice una mueca. — Y en segunda; te lo pedí amablemente y me ignoraste. —
Humanos groseros y maleducados, ¿es que acaso nadie les enseña modales?
— Vamos, Akuma, da la vuelta y regresa. No nos conviene que el loquito esté alterado. — Lilith se encogió de hombros.
Akuma suspiró, pero al final asintió y comenzamos a dar la vuelta.
Tranquila nena, ya voy por ti...
No tardamos mucho en llegar a aquel lugar, pues no estábamos muy lejos.
Subí tan rápido como mis piernas me permitían y llegamos hasta el techo de nuevo. Miré a mi alrededor, buscando desesperadamente mi hermosa Lux.
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Mi Hermoso Pecado
RomanceMiraba el enorme barranco frente a mi. El barranco que va directo al mundo mortal. - Luzbel. - Me llamó Gabriel. Lo mire por encima de mi hombro, sabía lo que debía hacer. Todos sabían. Saque mis alas y las extendí, pero no moví ni un solo músculo...