Historia Corta 08

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Así Se Conocieron
Escolar, comedia, atracción
Ocho mil trescientas palabras

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—¡Anna, espera!

—¡Qué me dejes en paz!

Anna estaba cansada, o más que eso, harta. Ya no lo soportaba.

Merlín, el atleta más rápido de la preparatoria, no ha dejado de fastidiarla desde hace meses porque quiere volver a ser su novio. Pero por supuesto, ella no quiere eso.

Al menos no después de que se enteró que ingería drogas.

Fue decepcionante cuando se enteró y habló con él para que no volviera a hacerlo, porque no tuvo intenciones de exponerlo con su entrenador, y Merlín le había prometido que no volvería a hacerlo y trataron de seguir siendo la pareja que eran, pero no estaban cómodos.

La gota que derramó el vaso fue en el instante en el que lo descubrió hacer lo mismo a solo unos minutos de correr contra otros atletas y discutieron un largo tiempo, hasta que Anna terminó con él en el transcurso y Merlín se perdió de la carrera ante el impacto de su rompimiento.

Ya pasaron dos meses y Anna lo superó desde hace un mes, sin embargo, Merlín es el que no la supera a ella.

Anna realmente ha sido muy, pero muy paciente con él. Porque ella no ha querido rechazarlo de una forma cruel porque no podía provocarle tanto daño a quién la había hecho sentir tan amada, aunque está comenzando a creer que ese fue un error, porque eso solo provocó que no se rindiera con insistir.

¡E incluso en medio de una cafetería llena de estudiantes chismosos!

—Por favor, Anna. No he dejado de hablarte sobre lo que pasó aquella vez y aún así, nunca te importa —sonó tan desesperado.

—¡Porque solo son excusas! —ella lo miró con rudeza, pero al ver sus ojos marrones llenos de tristeza y arrepentimiento, inevitablemente recordó esos días en los que sentía que solo él la comprendía—. Merlín, ya es suficiente. Lo nuestro terminó hace un tiempo. Será lo mejor si solo continuas tu vida sin mí, porque yo ya lo hice sin ti.

—No puedo, Anna. Tú eres la única chica con la que me he sentido de esta forma y lo sabes. No puedo soportar la idea de perderte —respondió con la mano en su pecho, sin apartar la vista para validar sus palabras.

Sabía que era honesto. Cuando conoció a Merlín siempre estaba rodeado de amigos, pero jamás lo veía interesado en el romance. Solo era él y sus amistades. Anna recuerda que hizo de todo para que él la viera como una chica, como más que una amiga, y lo logró. Merlín realmente acabó enamorado de ella y fueron novios. Anna vió su lado más puro y sincero porque él se expuso por ella; por eso lo amó aún más.

¿Y de qué sirvió? Ella se enteró que él hacía trampa en el atletismo y le pidió muchas veces que por favor, no lo volviera a hacer, especial y exclusivamente por su salud, y aunque incontables veces le prometió que no, solo fueron mentiras. Ignoró sus consejos sobre dejar las drogas y siguió haciéndolo a escondidas. Por eso pagaba el precio y sufría su ausencia en su vida, sin entender que ya la había perdido.

Abrió la boca para responderle, pero la cerró al percatarse de que aunque dijese lo que fuera, Merlín no descansaría.

―¡Anna! ―volteó para observar a Moana, quien corre ahora mismo hacia ella y se sintió bendita por su llegada.

Aunque su alivio duró muy poco al notar desesperación en todas sus facciones por algún motivo, así que olvidándose de Merlín, se alejó de su ex-novio para acercarse a ella. Moana se detuvo y comenzó a jadear agitada por la corrida.

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